Con el lema #SALALAVIDA, la Red de Centros de la Institución Teresiana comienza el nuevo curso. 
A partir del curso 18-19, la red de centros de la IT ha iniciado un camino teniendo como propuesta de fondo 7 ejes, ‘en clave povedana’, que tratan de configurar la personalidad desde un clima educativo povedano.

“Tenemos mucha fe, mucha esperanza y no dejamos de soñar”, curso 18-19. Se inició esta andadura saliendo al camino, con el deseo de reconocer a quienes pueden quedarse a un lado, descubriendo la vida como senda que elegimos recorrer desde la actitud del buen samaritano. Nos alentaba el lema: El camino es nuestro.
“Con la cabeza y el corazón en el momento presente”, curso 19-20. Se sintió la necesidad de dar un paso más: vivir más consciente y plenamente el momento presente (en mí, en los otros, en la realidad cercana y lejana) con las actitudes de Jesús y la confianza de que Dios nos sale al encuentro ahí; descubrir la alegría que nace desde dentro y que Jesús nos muestra en las bienaventuranzas. Nuestro lema: VíveLO+.
Nos preguntamos ahora cómo continuar viviendoLO+ ante el nuevo escenario que se nos presenta tras la pandemia que ha afectado a toda la humanidad.
“Que cada uno dé de sí todo lo que pueda dar”
Este será el eje que atravesará el nuevo curso 20-21 con el lema #SALALAVIDA. Queremos Salir a la vida, pero no de cualquier modo… salando la vida como nos pedía Pedro Poveda al estilo de Jesús, como los primeros cristianos; viviendo el gesto de recibir y ofrecer como camino de ida y vuelta, de reciprocidad, de gratuidad… “Felices los que son sal y salan”.
Recibir: Conocer los propios talento; recibir lo gratuito de la vida, de Dios, de la realidad, de los otros… “porque la sal no tiene sabor por sí misma”.
Ofrecer: regalar eso que somos, salir y lanzarnos al compromiso social y creyente; al compromiso con un mundo interconectado para construir ciudadanía global, tejer redes de encuentro y colaboración… Una actitud que no nace del voluntarismo, ni de la necesidad de sentirse bien, sino que tiene como motor el agradecimiento; que mueve la voluntad y no se queda solo en el terreno de los sentimientos; que conoce y valora los propios dones y se pone en marcha. Trabajando los sentidos de la proximidad: el olfato que sabe detectar, ‘oler’, las situaciones que piden compromiso; y el tacto que sabe acercarse, tocar y dejarse afectar por las personas que están en esas situaciones.
Sala la vida
La imagen de la sal habla de ser presencia de Dios inserta en la sociedad, de vivir como uno más, pero dando sabor, sanando. Pedro Poveda eligió la imagen de la sal, y no la de la luz, porque “cuadra mejor a la humildad de vuestra empresa y al silencio con la que la lleváis a cabo”. La sal no se ve, pero se reconoce por su sabor. Invita a una presencia contracultural siendo como todos, pero distintos. Basta un poco de sal para dar sabor a muchos alimentos: pone la importancia en el ser y no en la cantidad. Necesita mezclarse para cumplir con su finalidad.
Sal a la vida
Es urgente tejer redes de solidaridad y encuentro al estilo de Jesús. Salir para dar sabor: para ayudar a que cada persona se pregunte quién es, qué va a hacer con su vida y vivir con sentido, porque la primera salida es hacia el interior de uno mismo. Salir para sanar: para escuchar, entrar en contacto y curar hoy las heridas de nuestra realidad, de nuestro mundo, de la humanidad. Salir sostener la vida: para generar espacios que sean expresión de la apuesta por la vida para todos y todas.
Canta con nosotros
#SALALAVIDA! Come out & salt life! Gatzatu izitza eta irten! Posa sal a la vida; surt a la vida!
Por Red de Centros Educativos Institución Teresiana