“Creo que san Pedro Poveda hubiese estado muy orgulloso de la foto del momento después de 100 años de la aprobación pontificia de su obra. La Institución ha estado presente en Canarias desde el año 1968, con María Luisa en un principio y ahora con María Jesús Cabrera. Nunca ha sido una presencia muy numerosa, pero no por eso su labor ha sido insignificante, dando sabor allí donde se han hecho presentes. Así lo han querido testimoniar los asistentes a la celebración”, decía Juan López después de la celebración del 10 de mayo en Lanzarote.

La Eucaristía de acción de gracias estuvo presidida por el obispo auxiliar D. Cristóbal Déniz Hernández, al que acompañaban otros tres sacerdotes. El lugar escogido fue la ermita de Ntra. Sra. de los Dolores, patrona de Lanzarote, también conocida como Ntra. Sra. de los Volcanes. Numerosas personas, amigos, familiares y antiguos alumnos, llenaban el recinto. Miembros y amigos de la Institución Teresiana (IT) en la isla habían preparado la liturgia. Desde la península se trasladaron Pilar Gascón, representante de la Institución en Madrid-Canarias, y Sofía Santiago para acompañar a los miembros IT en la isla como testimonio de la presencia de la más amplia Institución en España.

En las palabras de saludo iniciales se expresó: “Nos gusta saber que somos personas normales que se asocian para vivir la fe y contribuir a la promoción humana y la transformación social mediante la educación y la cultura de forma cualificada y cada uno desde sus responsabilidades sociales, profesionales y familiares, participando siempre en la misión evangelizadora de la Iglesia”.

“La tarea que nos espera es grande, pero confiamos plenamente”

Los participantes dieron testimonio del ambiente cálido, profundo, de solemnidad y alegría. Uno de ellos, Alberto, asegura:

Ver a tanta gente reunida para conmemorar 100 años de historia y dedicación me hizo sentir parte de algo mucho más grande que yo mismo. La homilía […] fue especialmente inspiradora: habló sobre el legado de san Pedro Poveda y la importancia de seguir sus pasos en la promoción de la educación y la justicia social.

El obispo “nos invitó a mirar la vida de Pedro Poveda, testigo de la fe, no sólo para la Institución, sino para todo el pueblo cristiano. […] Él permaneció fiel en unos principios que hacían grandes a las personas, a la familia y a los pueblos; configuró un mundo mejor que el que él se encontró”, comentó Juan López. Añadió también:

Verdaderamente fue una tarde especial en la que Pedro Poveda se hizo presente y que al son de la rumba dedicada a él, miembros, amigos y simpatizantes recogíamos el testigo de continuar su obra.

“Me siento muy agradecida de haber tenido la oportunidad de participar en una ceremonia tan bonita, cargada de significado, y de celebrar junto a los demás algo tan emocionante”, dijo Nayra.

Por su parte, Loli Pérez expresó su alegría por haber sido testigo de esta celebración, “emotiva, sencilla, vivida con mucha fe. Nos han ayudado mucho los cantos, moniciones, lecturas, acción de gracias… acompañados de proyecciones de personas y lugares significativos en la Institución: P. Poveda, Josefa Segovia, Guadix, Covadonga, Los Negrales…”

Al final de la celebración, dando gracias por la devoción de la Institución a María, la fe compartida y el amor de Dios derramado sobre la obra y las personas cercanas, los asistentes se comprometieron a continuar, “sabiendo que la tarea que nos espera es grande, pero confiamos plenamente en la bondad de esta idea buena y en la fuerza del amor”.