El pequeño pueblo abulense de Pradosegar dedicó el 11 de marzo un entrañable homenaje a quien ha sido durante más de 40 años una vecina singular: Mª José Hervás Ocaña. Según sus antiguos alumnos “un testigo de feminismo y humanidad”.

El acto tuvo lugar en un local del Ayuntamiento, en el que se simuló la antigua escuela como escenario. Allí se reunieron antiguos alumnos y alumnas, vecinos de Pradosegar, miembros de la Corporación Municipal, maestros, representantes y colaboradores de ONGs y sindicatos, participantes en proyectos en los que Mª José se implicó desde el inicio, muchos amigos llegados desde Ávila y las distintas provincias de Castilla y León, y miembros de la Institución Teresiana que desearon acompañarla en esta fiesta.

Un pequeño recital musical, con el aire argentino que Ma. José traía tras muchos años de vida en América, República Dominicana y Argentina, inició el homenaje. La Concejala de Cultura expuso su trayectoria vital desde su infancia y tiempo de estudio y formación. En los años 60 marchó a Sudamérica. Allí trabajó como profesora y formadora de maestros y también asumió cargos directivos en distintos centros y proyectos de promoción humana y formación de líderes.

En Pradosegar: maestra, concejala, vecina

Mª José volvió a España en los años ochenta y, tras un corto periodo de paso por distintas escuelas rurales, llegó a Pradosegar como maestra de la pequeña escuela del pueblo. Fijó allí su residencia por casi 40 años.

Durante ese tiempo ha sido una mujer luchadora y comprometida en el desarrollo y dignificación del pueblo, impulsando todo tipo de iniciativas e implicándose activamente en movimientos de renovación pedagógica y de defensa de la escuela rural, Escuelas Campesinas para adultos, grupos rurales… Formó parte del Ayuntamiento como concejala durante dos periodos de gobierno y animó la participación en tareas políticas de los vecinos de Pradosegar.

Se proyectó un audiovisual que recogía fotografías del trabajo llevado a cabo en la escuela con los niños, la implicación en proyectos de solidaridad y la participación en las actividades y la vida del pueblo como una vecina más.

Mª José expresó su agradecimiento al pueblo y al Ayuntamiento por haber hecho posible este encuentro entrañable, y también a todas las personas que se habían desplazado al bello rincón del Valle Amblés para acompañarla.

“Hoy para mí es ante todo” -declaró- “una oportunidad de dar gracias a Dios y a la vida”.  El trabajo y la vocación de maestra ha sido un don de Dios para ella. Manifestó que, en los casi 40 años de vinculación a Pradosegar, ha podido disfrutar de la vida del pueblo y vivir el aprecio y el cariño de la gente. “Siento a Pradosegar como mi pueblo” -y continuó- “aquí he aprendido mucho, como maestra, como concejala y como vecina”.

Agradeció haber vivido profundamente el compromiso en la defensa de la escuela rural, con una educación digna para los pueblos. Dio gracias a la vida por haber podido trabajar como concejala por la mejora de la vida en el pueblo, luchando por un Ayuntamiento democrático y comprometido con la promoción y el futuro de Pradosegar.  Como vecina, ha trabajado con grupos de mujeres, en la creación de un invernadero que funcionaba de modo cooperativo, en semanas culturales, viajes de estudios, grupo de teatro con mujeres, actividades religiosas…

“Para mí” -dijo- “este acto ha sido un regalo de Dios … y de mucha gente que ha participado en su preparación y se ha unido a la celebración”.

Testigo de humanidad

Algunos de sus alumnos presentes en el acto la presentaron como “un testigo de feminismo y de humanidad”.

“Se relacionaba con todos los vecinos. Nos enseñó a ver el mundo desde un punto de vista distinto”.

“En la escuela se educaba en libertad. Nadie era más que nadie. Todos nos necesitábamos. Y esto se ponía en práctica todos los días. Nos enseñábamos los unos a los otros. Era una escuela de distintos ritmos y necesidades, de singular respeto a los diferentes”.

“Se vivía realmente la solidaridad”. “Desarrollábamos competencias que hoy en día son fundamentales y que en el mercado laboral son necesarias, incluso más que los conocimientos: el trabajo en equipo, el respeto a que existan personas diferentes y con diferentes necesidades, la solidaridad como ‘marca de la casa’…”

“Gracias por haber sido la maestra, no solo de los alumnos, sino de todo el pueblo. Por ser esa mujer trabajadora, luchadora, implicada en muchas causas posibles e imposibles. Por ayudar y ser una persona generosa y echar, en los momentos difíciles, las dos manos. Gracias porque, en parte por ti, somos en muchos sentidos este pueblo diferente y único, siguiendo tu ejemplo”.

M. Rafael Sánchez, en la sección La mirada escrita de El Diario de Ávila de 19 de marzo de 2023 escribió:

“En Pradosegar se homenajeó a una mujer increíble: Mª José Hervás. Maestra, concejala, impulsora de Proyecto Cultura y Solidaridad, teresiana seglar, cooperativista… un montón de vidas en una sola. Hablar de ella es hablar de quien tiene unas convicciones humanas, religiosas, sociales tan empoderadas en sí misma, que su vida ha tenido esa guía y ese horizonte: realizarse como persona abriendo caminos de mejora de vida para los demás. Encontrarse con ella es recibir el don de una sonrisa confiada y de un abrazo sincero. Uno va confirmando cómo el valor de la vida propia cobra más sentido por tener alguna participación en la vida de otras personas cuya constatación de vida es inmensa”.

Los miembros de la Institución Teresiana asistentes al acto, reconocieron en esta mujer los rasgos que Pedro Poveda había soñado para una maestra teresiana.

Tras unas palabras del Alcalde -antiguo alumno- y la entrega de un ramo de flores y un regalo, terminó el acto con el himno preferido de Mª José: “Gracias a la vida, que me ha dado tanto.”

Se degustó un vino y dulces que habían hecho las mujeres del pueblo y se abrió un espacio para compartir experiencias, anécdotas, saludos y mucho cariño a esta apreciada vecina de Pradosegar.

Por Mª Assumpta Guío Martín