“No todos los niños son tan afortunados como yo”, así se expresaba un chico leonés de 2º de ESO después de leer la historia de Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje, escrita por Miguel Griot en una carta dirigida al autor antes de tener un encuentro con él. Otra alumna escribía: “Esta novela me ha abierto los ojos. Yo sabía que existía la explotación infantil, pero no me preocupaba. Ahora sé cómo se sienten esos niños explotados”.

Las cifras de explotación infantil en el mundo son escalofriantes. Según la OIT 218 millones de niños participan en la producción económica a nivel mundial; 152 millones, viven afectados por el trabajo infantil; 73 millones, en situación de peligro (datos hasta 2016). Y la OSCE 2017 informa que en España, las víctimas identificadas por la policía llegan a 20.000 menores. Dentro de nuestras fronteras la explotación infantil toma la forma de tráfico y pornografía sexual. Si los números son alarmantes, los motivos son escandalosos.

¿Podemos ocultar la vista a esta pandemia sin pretender erradicarla? ¿O es que produce tantos beneficios que es necesario sacrificar tantas vidas apartando nuestra mirada? ¿Beneficios a quién?

Para los niños no hay lugar a duda

“Gracias a su novela he aprendido lo dura que puede llegar a ser la vida en los países subdesarrollados y lo fácil que les resulta a los ricos librarse de los que les molestan”, comentaba uno; “leyéndolo he aprendido lo que es la explotación infantil y que muchos niños hoy en día están explotados, cosa que no podemos consentir”, manifestaba otro. Y es precioso el testimonio de uno de ellos que se dirige al autor de esta manera: “Su novela me ha parecido muy interesante porque dice mucho de quien la escribió. Parece usted muy sensible y con un gran corazón, ya que, si la ha escrito, sería porque nos quiere informar de la dura vida que tienen otras personas mientras nosotros tiramos la comida, nos concedemos muchos caprichos que no necesitamos y podemos estudiar, mientras que ellos tienen que trabajar para poder comer.”

Este mes de abril se están haciendo muchas actividades para celebrar el Día Internacional del Libro En Casa. Hoy os invitamos a acercaros desde la literatura juvenil (y no juvenil) para conocer esta realidad y dejar que nos afecte. Son muchos los libros clásicos y juveniles que recogen este tema y nos ayudan a cambiar nuestra mirada, ojalá también nuestra manera de pensar y actuar, nuestra forma de amar cuidando la vida.