Joan D. Chittister se aproxima al libro bíblico de Rut desde doce momentos que invitan a contemplar la propia vida como historia de salvación. La autora, monja benedictina, conferenciante sobre justicia, paz e igualdad, es fundadora y directora ejecutiva de Benetvisión, centro de recursos e investigación para la espiritualidad contemporánea. Mª Estrella Barceló nos propone este título para la lectura.
Estamos ante un pequeño libro de una profundidad extraordinaria.
A partir de la historia de Rut y Noemí, dos mujeres sin hijos y vulnerables, marginadas por la sociedad que las rodea, se traza una historia de dos valientes mujeres. Son capaces de superar la escasez de recursos, un profundo dolor, un entorno hostil y un gran amor la una por la otra. Ambas se ponen en camino en busca de la propia libertad.
La historia de Rut y Noemí es también la historia de lo que supone descubrir a Dios dentro de sí. Como señala la misma autora, nuestra existencia no es lineal ni se encuentra predeterminada. En ella van surgiendo acontecimientos (la pérdida de un ser querido, el cambio de trabajo, la llegada de un nuevo miembro a nuestra familia) que trastocan radicalmente la imagen que nos habíamos fabricado de nosotros mismos y el equilibrio que fatigosamente habíamos conseguido. Y, asimismo, estos momentos pueden convertirse en situaciones privilegiadas para nuestro desarrollo personal.
La autora, tomando como telón de fondo la historia de Rut, nos invita a contemplar nuestra vida como una historia de salvación que progresa cuando en ella asumimos el papel de protagonistas. Reinterpreta, así, el libro bíblico en doce momentos: pérdida, cambio, transformación, envejecimiento, independencia, respeto, reconocimiento, intuición, ofrecer siempre nuevas posibilidades, autodefinición, invisibilidad y cumplimiento.
Reproducimos un pequeño fragmento del final del libro.
“El momento en que una mujer regresa a sí misma, sabiendo que se ha convertido en una persona capaz de influir en otros, pintora de su propia vida y escultora de su universo, en una persona con derechos y deberes, que es respetada y reconocida, se inicia la resurrección del mundo. Para las mujeres de Belén, Rut y Noemí, antes marginadas y ahora creadoras de una vida nueva gracias a su actitud novedosa y activa, son un signo del poder de Dios que actúa en todos, tanto la mujer como el hombre. Lo que hagamos como mujeres para alcanzar nuestra plenitud llevará a plenitud también al mundo que nos rodea. Al desarrollarse la mujer, el hombre se descubre más libre, con menos cargas, más vivo…”.
Por Mª Estrella Barceló Colomer
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