En tiempos como los nuestros, de guerras internacionales y de conflicto, pedimos y anhelamos la paz. Entre 1938 y 1940, Josefa Segovia escribió dos importantes cartas sobre la paz verdadera y las personas de paz.

Aunque la paz social sea fruto de la concordia… es, sin duda ninguna, la resultante de la paz individual…Si no podemos influir en los grandes problemas de la paz universal, ¿no podremos llevar un poco de paz a nuestras familias y poner un poco de paz en nuestros espíritus?

 

La verdadera paz se mide principalmente por los efectos que produce. En primer lugar, las almas que poseen la verdadera paz tienen el don comunicativo de ella; siembran paz; son portadoras de paz.

 

Las almas de paz son dueñas de sí mismas; alegres con alegría sana y contagiosa; humildes, con humildad sencilla y no humillante… ¡Que delicia es la de vivir cerca de algunas de esas personas pacíficas que, suavemente, nos acercan y nos llevan a Dios!…

 

Luchando contra el desaliento, contra el juicio tenaz y el amor propio, contra las cavilaciones inútiles, los excesos en las actividades exteriores…

 

Josefa Segovia. Cartas, pp. 509, 510, 511. 15 de septiembre, 1938.

Por Información IT España

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