Un espacio de reencuentro ilusionante de aprendizaje, formación y celebración de los 30 años de InteRed en Valladolid, lugar ‘puente’ entre lo rural y lo urbano. En el encuentro: palabras y gestos, trabajos de grupo y experiencias, compromiso de todos y agradecimiento para las personas que dejan huella.

En el Centro Vedruna y en Colegio Mayor María de Molina de Valladolid, más de 90 personas irrumpieron con las mochilas llenas de entusiasmo el 9 de septiembre para compartir, celebrar, agradecer y recargarse de energía: la sede de InteRed, las delegaciones nacionales, los comités, el voluntariado y, este año, se ha contado con la presencia física de las coordinadoras de las delegaciones de InteRed Guatemala, República Dominicana y Bolivia. También acompañó la experiencia Mariana, experta en género en Bolivia y coordinadora del Convenio con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en el país.

Algunas palabras

Abrió las jornadas, Mª Carmen Aragonés, directora del Sector España de la Institución Teresiana (IT) y gran conocedora de InteRed pues estuvo 13 años en InteRed, de los cuales más de 11 en la dirección. Recordó la encíclica del papa Francisco Laudato sí y la necesidad de que “la humanidad necesita cambiar”. Destacó la importancia de vincular a la juventud con la IT a través del voluntariado. Afirmó que InteRed es un ‘activo’ para la IT para cumplir su misión porque aporta una mirada global. Cerró su intervención con unas palabras de Mario Tascón: “En esta época extraña, es mejor tener un rumbo que planes. Los planes te los cambian las circunstancias; los rumbos las rodean y las atraviesan”.

Ana Arancibia, directora de InteRed, agradeció a la IT y a quienes, en estos 30 años de recorrido, han hecho posible la vida y los logros conseguidos. Tuvo un reconocimiento especial para Vera María Candau, fundadora de InteRed. Hizo un breve recorrido de los 30 años de InteRed desde su trabajo por el derecho a la educación, el cumplimiento de los derechos de las mujeres y la igualdad entre hombres y mujeres. Refirió cómo InteRed, ya desde sus inicios en 1992, en su trabajo en red con otras organizaciones, lleva la misión de la IT a los territorios donde trabaja. Cerró su participación destacando el trabajo de InteRed: “Hemos conseguido políticas educativas inclusivas en países donde trabajamos, llevar el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, contribuir a la prevención de las violencias, visibilizar los cuidados a las personas y al planeta, formar a un voluntariado formado y con mirada global…”

Giulia Costanzo, profesora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, abordó la sostenibilidad de la vida desde la mirada ecofeminista, la globalización, el desarrollo geográfico desigual, el fluir de los capitales -que ciertamente es colonial por parte de las multinacionales-, la crisis global alimentaria, energética y climática, los cuidados… “Tenemos que ponernos las gafas verdes y violetas… para transformar el mundo”, insistió.

En el panel de experiencias sobre la sostenibilidad de la vida desde nuestras propias vivencias, Mariana habló sobre los feminismos comunitarios, el modelo extractivista que viven en Bolivia, la extracción de sus recursos naturales básicos. Y citó la sabiduría de las mujeres indígenas: “Somos la tierra defendiéndonos a nosotras”.

Carmen Ramiro, de la sede de InteRed en Madrid, y Mertxe Digón, del Patronato de InteRed, expusieron la política de gestión ambiental de InteRed para reducir todo lo que se pueda nuestra huella ecológica.

Y también gestos

La escucha atenta se conjugó con espacios de trabajo, experiencias. Con el título Ecos de Semillas, en consonancia con el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible – ODS 6 y de acuerdo con el Plan Estratégico de InteRed, se ha reflexionado sobre la crisis medioambiental y la importancia de la cultura de la sostenibilidad ambiental en la organización y en las personas y colectivos con los que trabaja y colabora InteRed. Esto ha implicado repensar sobre la deuda ambiental, para no consumir más recursos naturales y generar más residuos de los que el planeta es capaz de asimilar.

Se vivieron momentos de grupo donde se destacaron los hitos de la historia de InteRed en estos 30 años en la ‘máquina del tiempo’; se mantuvo contacto con la naturaleza para ‘conectar’ con la tierra y el cuerpo y recordar los ancestros; se vivió un proceso de construcción colectiva sobre la sostenibilidad de la vida; donde se danzó.

Con el título Ecos de Semillas, en consonancia con el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible – ODS 6 y de acuerdo con el Plan Estratégico de InteRed, se ha reflexionado sobre la crisis medioambiental y la importancia de la cultura de la sostenibilidad ambiental en la organización y en las personas y colectivos con los que trabaja y colabora InteRed. Esto ha implicado repensar sobre la deuda ambiental, para no consumir más recursos naturales y generar más residuos de los que el planeta es capaz de asimilar.

Con el corazón agradecido

Ana Arancibia, en el acto de clausura, recordó que muchas de las campañas nacen en estos espacios. “Tenemos muchos retos por delante: realizar acciones que generen impacto y transformaciones, acercamiento a las personas, mirada a los procesos con valor, importancia de lo local para construir lo global (desde el corazón a lo político), espacios de estudio de reflexión y de investigación, apuesta por el análisis, posicionamientos y estrategias ante la realidad que vivimos, liderazgos compartidos y nuevos liderazgos; retos con la captación, siempre necesaria, de fondos privados y públicos para el cumplimiento de la misión de InteRed; y especialmente, ser una organización con mirada de trainera… todo el mundo a una remando en la misma dirección”.

Muy especial fue el momento Personas que dejan huella, donde se reconoce y agradece las aportaciones de estas personas por su saber, dedicación de tiempo, ilusión, cuidados… Personas imprescindibles para el buen funcionamiento de la organización:

Giovanna Bombardieri, voluntaria de InteRed en la sede de Madrid, por su sabiduría y conocimientos de InteRed desde sus inicios en 1992; porque es la que más sabe de lo interno y lo externo de InteRed; porque es nuestra piedra angular y nuestra memoria.

 

Justina Sánchez, voluntaria de InteRed en la sede de Madrid, aporte fundamental desde su mirada y sabiduría como educadora, profesora; por su humanidad, ilusión…

 

Anjo Llorin, coordinador de la delegación de InteRed Filipinas y recientemente fallecido, por todos sus conocimientos del contexto local y las comunidades; por su alegría, su tiempo, su calidad humana y profesional…

 

Práxedes Gutiérrez, 30 años como voluntaria de InteRed en San Sebastián, Ávila y, actualmente, en León; agradecidas por su dedicación, ilusión, conocimiento de lo local, incansable, siempre dispuesta al encuentro del ser y sus necesidades, su ternura…

 

Con toda la emoción del momento, Carmen Lizárraga, presidenta del Patronato de InteRed, clausuraba las jornadas agradeciendo el trabajo intenso realizado durante estos años por el derecho a la educación, la inclusión, el cuidado de las personas y la Casa Común y todas las acciones enfocadas a potenciar una mayor justicia, equidad y fraternidad. Agradecía también lo que InteRed aporta a la misión de la Institución Teresiana y animó a seguir soñando con esperanza recodando a Poveda: Tenemos mucha fe, mucha esperanza y no dejamos de soñar…”

Todos los participantes partieron de Valladolid con alegría y satisfacción por el trabajo realizado, con ilusión para afrontar los nuevos retos y años venideros de InteRed, con un compromiso: “Nos comprometemos a sonreír al mundo con el corazón”.

 

Por InteRed

Fotos: Fernando Mármol y David Alfaro. Vídeo: Nancy Zelaya. Montaje y edición: María Cobos