En la víspera de la fiesta de la Encarnación Josefa Segovia nos invita a vivir la confianza, en estos momentos de sufrimiento, porque el que confía en Dios es “como un árbol plantado junto al agua que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”. (Jer., 17,7-8)

“Comencé a ejercitarme en la confianza…y con la confianza cerraba los ojos a la noche y los abría a la mañana […] me compenetré tanto con ella, que ahora, venga lo que viniere, sobrevenga lo que sobreviniere, yo tengo mi esperanza segura, mi confianza firme…” (Josefa Segovia, Cartas, #81)

A la luz de la confianza en el Dios que abraza a toda la humanidad “…hemos de ver nosotros todos los acontecimientos humanos. Ella ha de infundirnos más segura esperanza, cuanto más difíciles sean las circunstancias por las que veamos pasar a la humanidad…” (Cartas, #173)