Linares sigue celebrando los 150 años del nacimiento de san Pedro Poveda. Esta vez Elisa Estévez actualiza los caminos de espiritualidad laical que se desprenden de sus escritos.

El Centro Cultural Poveda de Linares fue sede de una conferencia titulada Itinerarios de espiritualidad laical en Pedro Poveda, impartida por Elisa Estévez López el 13 de junio. El evento congregó a 67 participantes, incluyendo miembros y amigos de la Institución Teresiana de Linares y de Jaén, así como representantes de la corporación municipal y público en general. La actividad se enmarcó en la celebración del 150 aniversario del nacimiento de S. Pedro Poveda.

Durante la charla, Elisa abordó, a partir de textos de Poveda, itinerarios de espiritualidad laical que invitan a adentrarse en la realidad social como personas cargadas de sensibilidad ante la vulnerabilidad. Invitó a contemplar la vulnerabilidad humana que nos habita, tanto propia como ajena; la capacidad de sanar heridas; de padecer con el otro; pero también de incrementar las propias heridas y las de los demás. De aquí que se puedan establecer diferentes tipos de relación.

Desde esa vulnerabilidad, Elisa recoge la invitación evangélica que hace Poveda para estar unidos a Cristo como los sarmientos a la vid. Desde ese “ser en Cristo”, hace una llamada a “cuidar la fragilidad, la vulnerabilidad”.

Elegir amar y sanar

En otro momento, la conferenciante comentó los textos sobre las llagas de Cristo que Pedro Poveda escribió en el año 1934. Habitar las llagas de Cristo es un camino para visualizar a un Dios vulnerable, un Dios herido que puede sanar heridas. Instó a elegir amar y sanar en lugar de victimizarse, al ejemplo de Jesús, la fuerza en la debilidad, la fuerza del crucificado resucitado. Invitó a “tocar las heridas” propias y de quienes nos rodean; a dejarse “derretir como la sal”, a negarse como un absoluto y entregarse en plena libertad ganando en suavidad y blandura, pero con firmeza.

Estudio y también silencio

Asimismo, trató el papel fundamental del estudio y la formación como herramienta para el conocimiento crítico de la realidad y como medio de transformación. Y añadió que el estudio sólo se puede nutrir de la realidad sufriente que nos rodea para actuar en ella.

Finalmente, indicó la necesidad del silencio y la soledad para tomar conciencia de la Presencia que nos habita y descubrir a Dios en cada persona y en cada situación vital; para vivir el proceso de la dispersión a la unificación.

El encuentro representó un momento de reflexión sobre la riqueza de la espiritualidad que une a los miembros de la Institución Teresiana y una llamada a renovar el deseo de avanzar en este camino o itinerario espiritual.

Por Herminia Río López

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