Caminar en la esperanza, con la ‘frágil niña Esperanza’, como la llama Charles Péguy. Una niña pequeña, inocente y vulnerable, pero que nos levanta cada mañana impulsándonos a seguir adelante, incluso cuando todo parece perdido. Nos abre camino hacia el futuro, nos permite creer en lo imposible y no rendirnos ante las dificultades. Pero hay esperanzas que son engañosas. Sebastián Mora nos invita a ahondar en la esperanza desde “las cunetas de la historia”.
El Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2025 tiene como título: Caminemos juntos en la esperanza. Se inspira en el tema del Jubileo 2025 Peregrinos de Esperanza. Para tu camino quiere también abrir este tiempo con la palabra ‘esperanza’. Hemos recogido esta vez palabras de Sebastián Mora Rosado que nos invitan a preguntarnos dónde se ancla nuestra esperanza.
Llamados a dar razón de nuestra esperanza
No cabe duda, que las cunetas de la historia aparecen repletas de desechos humanos. Hay multitud de personas apartadas a los bordes y ‘costados de la vida’, hay muchedumbres invisibilizadas que están condenadas a vivir en la penumbra eterna. No podemos dulcificar la realidad cuando millones de hermanos y hermanas nuestras están (sobre)viviendo en contextos de extrema vulnerabilidad, cuando miles de personas migrantes, como hemos mencionado, mueren ahogados bajo el silencio cómplice de las sociedades occidentales, cando miles de niños mueren en guerras brutales y el ‘horrorismo’ forma parte de nuestro paisaje cotidiano transparentando la absoluta vulnerabilidad de las víctimas inermes.
Ahora bien, desde estas cunetas de la historia estamos llamados a dar razón de nuestra Esperanza. La arquitectura de la Esperanza cristiana no elude las realidades de injusticia para su edificación; ni espiritualiza el dolor de las víctimas desde un optimismo evasivo; ni proclama la mera resignación histórica como un tránsito necesario para vivir una realidad transhistórica. La “frágil niña Esperanza” (Péguy) brota desde las cunetas de la injusticia, del sufrimiento y la desesperación. Emerge con trazos y contornos débiles, pero con una visión amplia y clara.
La humanidad está amenazada de esperanza
Pero la humanidad está amenazada de Esperanza porque en la Cruz y en la Resurrección hemos sido convocados a vivir en la alegría del Evangelio. Siempre que estemos dispuestos a bajar a los infiernos de la injusticia, a construir comunidad, a dar protagonismo a las voces y a las vidas que brotan de las cunetas de la historia, la Buena Noticia de la Esperanza acampará entre nosotros. Sabiéndonos sostenidos en la fuerza de la debilidad que el Espíritu nos regala, la pequeña niña Esperanza nos llevará de la mano a las cunetas de la historia para descubrir el “in-édito viable” (Freire) que habita en ellas. El espacio histórico de la Esperanza se construirá “fuera”, en las periferias de la vida, habitando con el dolor de los que sufren y esperando con las Esperanzas de los que luchan.
Fuente: Sebastián Mora, ‘El dinamismo de la esperanza desde las cunetas de la historia’ en Lola Arrieta y Elisa Estévez (Coords.), Sembrar esperanza acompañando el presente. V Círculos de encuentro Marisa Moresco, Narcea Ediciones 2024, pp. 27, 28 y 57.
Puede acceder aquí a la web de Narcea Ediciones.
Qué alegría la cita de Peguy, leí algún poema de él. Sí, necesito Esperanza. La necesito dentro de mí. De ahí, si pudiera dar esa Esperanza en Cristo Resucitado en mi familia, sería lo mejor que podría hacer yo. Dudo que pueda ir a ayudar a nadie más en las cunetas, de todas formas lo dejo en manos de Dios.