“Lo que hoy celebramos es tu vida entregada… lo que dejas de estela para que, los que vienen a continuación, podamos seguir aprendiendo”, expresó Antonio Allende, SJ, rector de la Universidad de Comillas en el cierre del acto. El tema de la lección final de Elisa Estévez fue Marginalidad, resistencia y creatividad en el cristianismo de los orígenes.

El 5 de diciembre, Elisa Estévez, profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas impartió su última lección. Francisco Ramírez, SJ, decano de la Facultad de Teología, hizo la introducción al acto afirmando:  “Recordamos y celebramos su legado académico y espiritual, y que ha llevado a buen término una vocación tan especial como es la docencia en el ámbito de la Teología”. Subrayó que esta despedida “no es un cierre, sino una nueva llamada a continuar la misión de formar personas, teólogos y teólogas que sirvan a la Iglesia y al mundo”.

En el Aula Magna de la universidad, abarrotada de profesores, alumnos, miembros de la Institución Teresiana, familiares y amistades, Elisa trató sobre un tema que ha sido para ella central en su recorrido: Marginalidad, resistencia y creatividad en el cristianismo de los orígenes.

Elisa es miembro de la Institución Teresiana, doctora en Teología, licenciada en Ciencias Bíblicas, profesora del Departamento de Sagrada Escritura e Historia de la Iglesia de la Universidad de Comillas. Además, vivió un tiempo en Guatemala y ha sido profesora invitada en Medellín y México. Su investigación y publicaciones se han centrado en los orígenes cristianos.

25 años de labor intensa y fructífera son muy difíciles de resumir en poco espacio. “Al hacer memoria hoy,” afirmó Elisa, “del camino recorrido reconozco con enorme agradecimiento el entrelazado de reflexiones y experiencias, de personas y situaciones vitales, de búsquedas y conversaciones, de contemplación, oración y compromiso que han fecundado mi vida, alimentado mi vocación y nutrido mi pasión por desentrañar, comprender, enseñar y comunicar la Palabra de Dios”.

Señaló además, que su interés por las primeras comunidades está inspirado además por su pertenencia a la Institución Teresiana. “Los primeros cristianos,” dijo, “están en la entraña de la espiritualidad propuesta por Pedro Poveda y son una constante en su reflexión como paradigma de una vida laical.”

La lección trató del sentido de marginalidad como opción de quienes “están en el mundo sin ser del mundo”, es decir, de quienes no son ni de un lugar ni del otro, siendo al mismo tiempo de ambos lugares. Afirmó Elisa que esto “supone, en la mayoría de los textos primitivos, mantener una tensión constante entre marginación y pertenencia, pero también entre supervivencia y misión. Los cristianos tienen conciencia de estar separados de su entorno por sus convicciones y praxis, pero aceptan y se comportan según los códigos de conducta aprobados en sus sociedades”. El estar ‘fuera’, permite mantener una propia identidad, no entrar en el juego de la lucha por el centro, mientras que se vive como los demás ciudadanos y se es fermento en la historia.

Por supuesto, tal tensión presenta dificultades para una vida marginal. “Esto pide,” continuó, “una decisión mantenida, un discernimiento constante y aceptar el sufrimiento que conlleva necesariamente la fe encarnada que profesan en un medio adverso y siendo minoría.”

A partir de ahí, Elisa exploró temas como la identificación con Cristo, el tema de las buenas obras en la tensión entre acomodación y resistencia a la sociedad, y las prácticas de resistencia y creatividad. En este último apartado, habló sobre el uso social de la riqueza, la hospitalidad para con el extraño y extranjero, y los códigos domésticos, particularmente en relación con la visión sobre la mujer y las voces resistentes de las mujeres.

En su conclusión, Elisa hizo algunos apuntes como “invitaciones para hoy”, como son una vida arraigada en Cristo, una Iglesia sinodal, la comunión en la diversidad y la elección ética de amparar, proteger y amar. “Las apuestas éticas de los primeros cristianos son una provocación para ampliar la capacidad de sentir y comprometerse transformando los procesos de vulneración de las sociedades actuales”.

Cerró el acto el rector de la Universidad, Antonio Allende, SJ, quien se dirigió a Elisa diciendo: “Lo que hoy celebramos es tu vida entregada, todos los alumnos y las alumnas que han pasado por tus manos, todo lo que has publicado y lo que dejas de estela para que, los que vienen a continuación, podamos seguir aprendiendo”.