“En ACIT JOVEN decimos que hay que hacer una lectura creyente de la realidad y actuar”, expresó Sara Gandarillas, de la Comisión Nacional (CN) del Movimiento ACIT JOVEN (AJ). Debían decidir si celebrar el encuentro organizado para noviembre o unirse como voluntarios en Paiporta, Valencia.
El pasado fin de semana del 22 al 24 de noviembre, estaba previsto que se celebrase un encuentro de jóvenes del movimiento en el Instituto Veritas de Madrid. Sin embargo, los planes cambiaron con la irrupción de la catástrofe de la DANA y la Comisión Nacional de AJ lanzó una nueva propuesta: acudir a la llamada solidaria de nuestros vecinos valencianos.
Tras una serie de conversaciones y decisiones, un grupo de 15 personas, entre ellos 9 jóvenes, se coordinaron con los responsables de pastoral juvenil de la Diócesis de Valencia. Desde la misma, les solicitaron acudir como voluntarios a la parroquia de San Ramón Nonato en Paiporta, uno de los pueblos más afectados tras el paso de la Dana en la Comunidad Valenciana. La Institución Teresiana en Valencia les acogió en su sede facilitando la organización.
Motivaciones y expectativas del grupo
La mayoría de jóvenes compartía una misma visión sobre la situación en Valencia: sentían que lo que veían por redes sociales o en los telediarios no era toda la realidad. Por ello, decidieron acercarse a la verdad lo máximo posible: viajar hasta Valencia para ver en primera persona y ayudar. ¿Qué les motivó? ¿Cuáles eran sus expectativas?
El grupo tenía un claro enfoque en comprender mejor la situación sobre el terreno y alejarse de la visión distorsionada o incompleta de los medios. Deseaban conocer la realidad, en palabras de Andrea Paniagua, “cómo la gente local está sobreviviendo a esto”.
Lo que esperaban era principalmente ayudar en lo que se pudiera, sin una idea preconcebida sobre las tareas a realizar, manteniendo una actitud abierta a las necesidades cambiantes del momento. En este sentido, no tenía expectativas de grandes resultados, sino de contribuir con su tiempo, energía y disposición para mejorar la situación de los afectados, encontrando consuelo en los gestos de solidaridad mutua.
Las motivaciones para participar en este viaje se centraban principalmente en la solidaridad y el deseo de ayudar de manera directa. Varias personas mencionaron su impulso a unirse después de ver en redes sociales y noticias cómo otros de su edad se movilizaban para ayudar, lo que les inspiró a ser parte de este movimiento solidario. Así lo dijo María Villar, quien concluyó: “nosotras también nos queríamos unir, colaborar y ser solidarias”. Según Cristina Arce, “aunque hayan pasado tres semanas, todavía hay mucho por hacer”. “A esta gente aún le quedan muchos días por delante para poder rehacer sus vidas”, nos dice Alejandra Marcos.
También destacaron la necesidad de contribuir de manera concreta, más allá de la difusión en redes sociales, y sentir la responsabilidad de actuar en lugar de solo observar. Sara Gandarillas recordó que el Movimiento ACIT JOVEN sigue la metodología de la lectura creyente de la realidad: ver-juzgar-actuar, e insistió con mucha fuerza: “hay que actuar, venir y hacer lo que se pueda”. “Espero poder ser las manos, el tiempo y la motivación para aquellos que lo han perdido todo”, expresó Miguel Otero.
Ver la cantidad de muestras de solidaridad, afecto y humanidad de mucha gente de distintos lugares y de distintas realidades, con una misma motivación que es simplemente ayudar, me ha inspirado a querer ser una más de este movimiento solidario. De esta experiencia solo espero poder llevar un mínimo de consuelo a la gente que sienta desesperanza y ayudar en lo que se necesite porque, ahora mismo, las necesidades van cambiando en el día. Quiero acoger la realidad que nos encontremos con la mejor disposición.
Adriana González
De camino a casa
Una vez finalizada la experiencia, los jóvenes han decidido compartir su testimonio para poder establecer una comparativa entre sus expectativas y la realidad vivida en Paiporta.
Hemos estado en un garaje retirando barro en colaboración con personal de la UME y también hemos tenido la oportunidad de escuchar los testimonios de vecinos damnificados, así como de cuerpos policiales de toda España que están colaborando por la causa. Me ha impresionado mucho la coordinación que hay entre todos los voluntarios y en el pueblo y me ha encantado poder echar una mano.
Cristina Arce
Se agolpan los sentimientos. El sobrecogimiento ante “la acogida por parte del pueblo que ha decidido compartir su historia y su testimonio con nosotros” como comenta Adriana. La alegría que produce el poder colaborar con “nuestro granito de arena”, como confiesa Alejandra. La empatía de los vecinos y otros voluntarios que se unían a la labor del grupo.
Pero ante todo, Sara lanza una llamada de auxilio:
Queremos enviar un mensaje: sigue haciendo falta gente y relevo. Que vengan nuevos voluntarios, porque ellos vienen, al igual que nosotros, con muchas fuerzas, muchas ganas y mucha alegría y… ¡eso es lo que hace falta ahora!
Merece la pena. ¡Volverán!
Tras un fin de semana de gran esfuerzo físico e impacto emocional realizando tareas de desescombro y retirada de lodo en varios garajes particulares y comunitarios, además de acompañar y escuchar a personas damnificadas de Paiporta, el grupo de voluntarios coincide en tres cosas: “merece la pena ir por muy duro que sea”, “el encuentro con el dolor y, a la vez, la marea de solidaridad cambian la mirada y te cambian por dentro” y “lo que más falta sigue haciendo son manos y presencia para escuchar y acompañar.”
Pedro Poveda sigue siendo impulso y motivación porque, “las obras, sí, dan testimonio de lo que somos”. Allí volverán el 21 y 22 de diciembre.
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¡¡¡Gracias!!! Muchas gracias jóvenes IT. Las obras sí dan el mejor testimonio. Gracias porque habéis estado y porque queréis volver. Ojalá muchos de AJ y de otros Centros IT se unan a vuestra iniciativa solidaria, porque… “palpar de cerca las necesidades y el sufrimiento de quienes simplemente tuvieron mala suerte…” creo que nos sitúa en la realidad de la vida y en la hermandad con los humanos. Muchísimas gracias.