Este 3 de diciembre se celebró el 150 aniversario del nacimiento de Pedro Poveda. 150 años recordando su primer día, y ahora también su última noche. Inmaculada González Villa tuvo el privilegio de vivir unos años en la calle Piamonte 2, donde transcurrió una de las escenas finales de la vida de Poveda.

Inmaculada González Villa, miembro de la Institución Teresiana, vivió en Madrid toda su infancia y juventud. Estudió en el Instituto Veritas en Españoleto y desarrolló su vida profesional docente en diversos centros. En los últimos años, fue colaboradora activa de ECUDIR, proyecto de diálogo ecuménico e interreligioso. En estos años como residente de La Atalaya, animó diversas actividades de reflexión sobre el fin de la vida y ecología.

Vivió con su familia en la calle Piamonte y ha reflexionado mucho sobre esas últimas horas de Poveda, así como sobre el significado de la casa de Madrid donde se desarrolló uno de esos momentos finales. Elaboró una revista con los detalles de la casa y su significado que lleva por título La última noche. Ya el pasado julio, hizo una presentación en algunas de las residencias donde viven mayores de la Institución Teresiana. A ella le preguntamos por algunos de los aspectos que recoge en su presentación.

Carmen F. Aguinaco: ¿Qué relación tienes con ese edificio?

Inmaculada: Después de la Guerra Civil se procedió a la demolición del edificio que había albergado la Casa del Pueblo de UGT (Unión General de Trabajadores), y se construyeron en el lugar las viviendas protegidas Virgen del Perpetuo Socorro. Mis padres, miembros ACIT, alquilaron una de estas viviendas y nuestra familia vivió allí durante algunos años. Una vez fallecidos en 1998, yo volví a alquilar la vivienda y estuve allí hasta 2005. En esta casa, la familia González Villa ha acogido en diversas ocasiones a diferentes grupos de la Institución Teresiana en la Ruta de Pedro Poveda en Madrid. Esto permitía al grupo de peregrinos evocar en un clima propicio, los momentos en que Pedro Poveda había estado detenido en alguna de las dependencias de la Casa del Pueblo.

C. F. A.: ¿Por qué es significativo el lugar?

I.:  El día de su detención y la noche de su muerte, Pedro Poveda había sido conducido allí desde la CNT a la UGT, donde fue interrogado. Una y otra vez, a las preguntas sobre su identidad y su trabajo, según el testimonio de su hermano Carlos, respondía: “Soy sacerdote de Cristo”.

Yo he querido reconstruir lo que debieron ser aquellos momentos, a partir del testimonio de Carlos Poveda, María Astudillo y de las palabras de Carmen Sánchez Beato para el proceso de beatificación de Pedro Poveda. Recojo todo esto en la revista que preparé y en la presentación que hice en julio.

C. F. A.: ¿Tiene algún otro eco el hecho de que fuera precisamente ese lugar?

I.: La Casa del Pueblo de la UGT había promovido entidades educativas como las Escuelas Laicas Socialistas, las Escuelas Infantiles de la Fundación Cesáreo del Cerro, la Escuela Nueva y la Escuela Obrera Socialista. Por supuesto, tenía métodos y conceptos muy distintos a los de Poveda, pero el objetivo era el mismo: la educación y la formación de las personas, la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad. Por eso me parece significativo.

Me parece, además, que la casa es todo un símbolo de reconciliación que recoge esa última noche de Poveda y que, después, mis padres continuaron a través de una gran amistad con un republicano que había quedado solo una vez terminada la guerra. Ellos le extendieron hospitalidad y un espacio de familia. La casa de la calle Piamonte es para mí un punto de reconciliación en un mundo dividido.

C. F. A.: ¿Piensas que Poveda era consciente de lo significativo del lugar?

I.: Estoy segura de que Pedro Poveda conocería con detalle la labor social y cultural que promovía la Casa del Pueblo en favor de la clase obrera. Él tenía conciencia de que la educación era un problema social en España. Ya había dicho: “En 1906, estando de canónigo en Covadonga, pudimos conocer la actividad que la Institución Libre de Enseñanza estaba desarrollando en la Universidad de Oviedo… Aprendí mucho de ellos en lo relativo al modo de actual en la enseñanza estatal”. (CPH, 451).

Desde el compromiso de su fe, Poveda también luchó, ideó proyectos y buscó soluciones. Pidió colaboración para sacar a los más pobres de la pobreza mediante la educación y la cultura. Ese compromiso fue lo que dio origen a la Institución Teresiana.

C. F. A.: Propones, al final de tu presentación, una relectura de la película Poveda desde la experiencia de Piamonte. ¿Cómo es esa propuesta?

I.: Muchas veces me he preguntado qué sentiría Poveda al verse prisionero de aquellos por los que tanto luchó y trabajó. Nos consta que, en esos momentos, su silencio y actitud de respeto incondicional hacia todos, fueron elocuentes.

Me ha resultado muy interesante constatar que en la película se percibe con claridad el trato de respeto y dignidad con el que Pedro Poveda se relacionó con todos los que intervinieron en su detención. En la película novelada el personaje que se convierte en uno de los hilos conductores de la narrativa es Manolo, el monaguillo de las cuevas de Guadix, que, como adulto, aparece afiliado precisamente a la Casa del Pueblo de la Calle Piamonte y trata de salvar a Poveda. La escena final, en que ‘recuerda’ las palabras de Poveda: “Te aseguro, Manolo, que la luz siempre triunfa sobre la oscuridad”, me parece muy lograda y resume bien no solo el final de la vida de Poveda, sino toda su vida.

 

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