“Victoria tiene muchos amigos”, dice María del Toro Sotomayor. A pesar del intenso calor de Córdoba incluso a las 20 horas, más de 80 personas se dieron cita el pasado 12 de agosto en la Sede de la Institución en Córdoba para una celebración anual de la muerte de Victoria Díez.
La celebración de acción de gracias por la vida de Victoria estuvo presidida por D. Adolfo Ariza Ariza, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Beata Victoria Díez de Córdoba. En la homilía, el sacerdote hizo un paralelismo entre la vida de Victoria y la eucaristía, en su vida entregada y su vida resucitada. Los cantos y peticiones animaron la celebración.
La mayoría de los asistentes eran residentes de Córdoba capital, pero también llegaron personas de los pueblos y de otras provincias. Este año se contó con la presencia de María Rita Martín, vicedirectora general de la Institución. La cita del 12 de agosto es clave para los amigos de Victoria.
Muchos de los asistentes deben pequeños favores a Victoria y le están agradecidos.
Durante el día 12 es frecuente que no falten quienes se acerquen a la cripta, en sentida oración, para pedir y agradecer a Dios favores que han obtenido por intercesión de Victoria. Entre las visitas de este día me emocionó la de un chico joven, de Fernán-Nuñez, pueblo cercano a la ciudad, que traía entre sus manos un cuenco con margaritas blancas que depositó ante Victoria.
Manifestó que no podía asistir a la eucaristía de la tarde y había optado hacerlo por la mañana para agradecer a Victoria sus favores, ayuda y cercanía, con el sencillo gesto de las florecillas. Permaneció en la cripta bastante tiempo en silencio y oración.
Natalia Villagrán, ACIT de Córdoba
Otros participantes eran antiguos alumnos, familiares y educadores que han encontrado en ella un modelo para su tarea docente.
Terminada la Eucaristía se tomó una foto de familia en la escalera de caracol que adorna esta casa de Plaza de la Concha. Varias personas bajaron a la cripta donde están depositados los restos de Victoria; otras prepararon el comedor para un momento de relación y convivencia entre todos, comprobando la siempre actual presencia de Victoria.
Me impresionó el afecto que Córdoba tiene a Victoria Diez para acudir, con más de 40 grados de temperatura, a la eucaristía a las 20 horas. Durante el rato de convivencia en el comedor, después de la misa, compruebo como la gente vibra recordando a Victoria por su sencillez y fe, hasta dar la vida… Victoria tiene muchos amigos.
María del Toro Sotomayor