“Hacer mucha introspección, al mismo tiempo que trabajas en tu autoestima y en el perdón, requiere un esfuerzo, aunque precisamente este es el que luego te da la energía para seguir adelante y especialmente ahora que estamos en Cuaresma”, expresa Clara tras el encuentro que le ha hecho volver a un lugar donde solo hay personas que, más o menos conocidas, le hacen sentir ‘como en casa’.
Del 8 al 10 de marzo, un grupo de jóvenes de toda España se ha reunido en Santa María de los Negrales bajo el lema Los rasgos de ACIT JOVEN desde la inteligencia espiritual. Crecimiento en interioridad. El encuentro ha sido organizado por ACIT JOVEN y ha estado animado por Antonia Martín Sánchez, con el acompañamiento de Carmen Ortega Cáceres.
Los 19 participantes, de diversas edades y etapas vitales, se han sumergido en un fin de semana de profundo análisis sobre la espiritualidad, centrándose en aspectos como la interioridad y el autoconocimiento. El tema general del encuentro giró en torno a la vivencia de la espiritualidad desde una perspectiva cristiana, en relación con los rasgos propios de ACIT JOVEN.
Durante las sesiones, se abordaron asuntos cruciales como el cuidado de la autoestima, la identificación de heridas personales y su influencia en el crecimiento individual y el poder del perdón hacia uno mismo. Además, se exploró el concepto de libertad en diferentes dimensiones, invitando a los jóvenes a reflexionar sobre sus capacidades, así como los obstáculos que ellos mismos se imponen.
Profundizando en las heridas
El encuentro combinó la exposición teórica de Antonia Martín con ejercicios prácticos de reflexión individual y dinámicas grupales. Una de las dinámicas más destacadas fue la que llevó a los participantes a reflexionar sobre cuáles son sus heridas, cómo estas afectan a su autoestima y por qué deben intentar sanarlas.
“Mi experiencia en el encuentro ha sido estupenda y me llevo las pilas súper cargadas. Es verdad que, para mí, ha sido un poquillo duro porque hacer mucha introspección, al mismo tiempo que trabajas en tu autoestima y en el perdón, requiere un esfuerzo, aunque precisamente este es el que luego te da la energía para seguir adelante y especialmente ahora que estamos en Cuaresma. […] Me quedo con muchos momentos, pero para mí el principal ha sido la dinámica de autoestima del sábado por la mañana, donde nos dimos los unos a los otros gestos de cariño espontáneos. Fue verdaderamente bonito y me sentí con el corazón muy lleno.”
Clara Colmenero (Jaén)
El vacío provocado por las carencias afectivas; el apego que condiciona el amor; la confusión en las funciones familiares; la angustia que conlleva cargarse con una mochila emocional ajena; el peso de tener que reparar el daño que provocan otros; la decepción tras las promesas incumplidas; la experiencia de sumisión ante el abuso y el maltrato; la codicia; la rivalidad; los celos o la envidia…Todo ello, son heridas que los jóvenes presentes, de una manera u otra han sufrido a lo largo de su vida, desarrollando miedos y mecanismos de defensa dañinos. Ante esto, Antonia recuerda cómo Poveda pide a los jóvenes que busquen en la Eucaristía la fuerza para “acoger el misterio de la Vida y la muerte, la inseguridad y los límites”.
“De este fin de semana de interioridad, me llevo una experiencia de autoconocimiento y de empezar a aprender a sanar heridas. He reflexionado mucho sobre el perdón y ha supuesto un verdadero impulso para esta cuaresma que estamos viviendo.”
Beatriz Martínez (Málaga)
Del mismo modo, hubo una dinámica que los jóvenes califican de especialmente emotiva, pues les llevó a reflexionar sobre su relación con Jesús y la ‘Presencia Amorosa’ que nos habita. Para ello, los chicos representaron su experiencia espiritual dibujando cada uno una imagen de un campo donde expresaron qué cuidados necesitaba y qué tipo de frutos daba.
Conclusiones y mirada al futuro
Tras intensas jornadas de reflexión y diálogo, los jóvenes llegaron a la conclusión de que la práctica de la interioridad es fundamental para su desarrollo espiritual. Identificaron la oración, la contemplación y el silencio como herramientas clave en este proceso. Asimismo, expresaron el deseo de futuros encuentros centrados en temas como el liderazgo jóven y las relaciones humanas.
“El hecho de volver a los Negrales y poder encontrarme con gente de la JMJ y ACIT JOVEN, me ha hecho sentir como en casa. Los momentos que hemos vivido en torno a la hoguera, hablando durante horas, me ha reconfortado, porque no es solo cuestión de volver a ver a gente o hacer nuevos amigos, sino de encontrarte con personas con las que puedes compartir tu fe.”
Clara Colmenero (Jaén)
El espacio de los Negrales resultó, una vez más, enriquecedor para ACIT JOVEN. En él, los jóvenes exploraron su crecimiento interior y fortalecieron su espiritualidad bajo la guía experta de Antonia y el acompañamiento de Carmen.
“Estoy muy agradecida de haber compartido este tiempo con personas que me han ayudado a acercarme más a Dios y a mí misma, además de haberme permitido desconectar de mi realidad de estrés y prisas. Han sido tres días preciosos y me dejan aún más ganas de seguir creciendo como jóven AJ.”
Beatriz Martínez (Málaga)