“Yo quiero, sí, vidas humanas”. Estas palabras de Poveda quedaban resonando en alguna de las participantes en el Segundo Diálogo para la Acción del 21 de marzo. Desentrañar qué significa hoy Estima la justicia tanto como la vida: por una espiritualidad de encarnación fue el tema-objetivo de este encuentro.

 Participaron en torno a 50 personas de diversos lugares de España y América. El objetivo era hacer una cala de profundidad en algunos elementos de la espiritualidad de la Institución Teresiana (IT) que impulsen e interpelen el compromiso por la justicia y la acción social, por la dignidad de las personas y sus derechos.

 Vera Candau y Susana Sacavino adentraron en lo que es la espiritualidad y los rasgos propios de la espiritualidad IT. Ambas son personas comprometidas, que tienen la cabeza y el corazón en el momento presente, que hacen análisis de la realidad con una visión amplia, plural, con luces largas, algo muy necesario en el complejo mundo que vivimos y dejan abiertas pistas de futuro para transitar por caminos nuevos.

“Ha sido impactante. Tanto Vera como Susi presentaron textos conocidos, pero lo hicieron con un tono, una secuencia y un entramado de ideas que me resultaron novedosos para actualizar nuestra espiritualidad de encarnación en el siglo XXI. Su presentación me dejo un regusto, me despertó una sonrisa interior y me susurró: así es la encarnación bien entendida en estos tiempos nuevos.  Tanto en mi mente como mi corazón se conformaba la vigencia de nuestro carisma”.

Francisco Campos. Córdoba, España.

Una fuente de vida: espiritualidad de encarnación

Susana penetró en el sentido profundo de espiritualidad. Una espiritualidad fuente, “inspiradora de sueños, de grandes ideales, de valores, de prácticas y compromisos”. Una espiritualidad que “es comunicación y desarrollo de una humanidad más profunda, siempre solidaria, cooperativa y siempre vinculada a todas las redes de vida y de amor”. Integra “el lenguaje de la cabeza, del corazón y de las manos”, expresó recordando al papa Francisco.

“La espiritualidad de encarnación es un camino de vida, una experiencia de cambio, de transformación interior, de las personas, los grupos y las sociedades. Es la vida según el Espíritu que no deja a nadie igual, que siempre trae algo mejor, que propone una vida nueva que compromete con la transformación de la realidad en todas sus dimensiones.”

Señaló tres ámbitos que abarca la espiritualidad: experiencia de Dios, la misión y la comunidad de referencia. Y describió las características y compromisos que conlleva: una ética de la justa medida y de la moderación, vivir la justicia, una economía distributiva y de equidad, vivir la vocación de bautizados con la conciencia de que “somos hermanos de todos”.

Hacerlo todo de corazón: la encarnación bien entendida

Vera tuvo el arte de traer a nuestro hoy textos de Pedro Poveda muy conocidos para muchas de las personas participantes, textos que iluminan el presente, interpelan y afectan. No por conocidas dejan de tener novedad. Expresiones para leer en el aquí y ahora de nuestro mundo y nuestra experiencia de mujeres y hombres seguidores de Jesús. Expresiones que son ‘palabra viva’ para cargarlas de significado en cada momento histórico.

Trajo al presente, al aquí y ahora de nuestro mundo, esas expresiones subrayando en ellas diversos aspectos del ‘humanismo verdad’ al que se refiere Poveda: reconocer el valor de la persona, su dignidad; el desafío de vivir la diversidad como riqueza y no como dificultad desechando la tentación de uniformar requiere dialogar, compartir, construir juntos; todos estamos llamados a participar; la alegría que nace del fondo del corazón, unida a la justicia, al testimonio, al ‘ser sal y luz’, inseparable de la rectitud, el buen espíritu, la posesión de Dios; la mansedumbre, la amabilidad y la dulzura que ‘conquistan el mundo’; hacerlo todo de corazón.

“La encarnación bien entendida, la persona de Cristo, su naturaleza y su vida dan, para quien lo entiende, la norma segura para llegar a ser santo, con la santidad más verdadera, siendo al propio tiempo humano, con el humanismo verdad”.

Pedro Poveda

En el origen de la IT, en la vida de Pedro Poveda, existe una estrecha relación entre misión y contexto socio educativo y cultural. Vera afirma que “esta articulación no era común en su tiempo”. Dejarnos afectar por lo que viven las personas es componente radical de la espiritualidad povedana.

“Me pareció una manera preciosa y sencilla de dar a conocer hoy a Poveda el énfasis en esas frases tan significativas de Poveda. Me quedo con: ‘Mente y corazón en el momento presente’. Me pregunto: ¿Cómo miro al mundo, a los gritos de este mundo? Otra: ‘La encarnación bien entendida’. ¿Qué entendemos por esto hoy? ¿Nos lo preguntamos comunitariamente? ¿Cómo miramos y asumimos la diversidad? Cultural, de género, de origen… Alguien a mi lado que no conoce mucho a Poveda me decía: ‘¡Qué expresión tan profunda y bonita, yo quiero, sí, vidas humanas!”

Mª Luz Louzao. Santiago de Compostela, España.

Una comunicación interpelante y motivadora

 Algunas de las expresiones fueron objeto de intervención y resonancias en las personas participantes. ¿Qué es lo que conquista el mundo hoy? Las voces de la sala fueron compartiendo que hoy domina la economía, la violencia, la agresividad. La mansedumbre contrasta con el clima de beligerancia que se vive, “nos hacemos valer por el grito”. Se manifiesta interpelación para vivir “una cultura y ética del cuidado”, una llamada a la “gratuidad”, a “tiempos regalados”, a trabajar estas actitudes personalmente y en los grupos y equipos de trabajo y relación. Y resuena con fuerza nueva: “Tenemos mucha fe, mucha esperanza y no dejamos de soñar, y hasta realizamos algunos sueños” porque “necesitamos mucha capacidad de soñar, de reconocer los gestos de vida que se están dando”. Poner el corazón en las cosas “nos permite desarrollar un comportamiento cercano a las personas”.

Agua fresca, transparente

“Estoy profundamente agradecida a que sucedan encuentros como el que hemos tenido el miércoles con Susy y Vera María. Para mí fue una experiencia semejante a “beber de las profundidades de un pozo de agua fresca, transparente”. Nos han colocado ante el desafío de vivir la espiritualidad de encarnación, en estos tiempos que exigen articular experiencia de Dios, la misión y la comunidad de referencia, desde una ética de la justa medida para que cada ser humano, hermano nuestro, tenga una vida digna.

Las palabras de Poveda, leídas desde las claves que hoy vivimos, hacen creíble que la esperanza no defrauda, que la transformación de nuestro mundo puede venir sencillamente, de vivir, la ternura, la amabilidad y la dulzura. Estas palabras son para el hoy, un nuevo desafío que nos invitan a vivir en una actitud de resiliencia, resistencia y revolución, porque, como dice L. Boff, ‘a lo largo de la historia de la humanidad ya hicimos muchas experiencias, pero todavía nunca experimentamos colectivamente amar al estilo de Jesús y del Dios-Abba, en la forma de proximidad amorosa…”

Ely Guerrero. Perú

Por el Equipo Diálogos para la Acción