En una sociedad donde se acrecienta cada vez más el porcentaje de suicidios, guerras visibles e invisibles, vidas inocentes vulneradas y rotas… ¿es posible vivir con sentido? El XII Curso de la Cátedra Josefa Segovia, con el título Vivir con sentido en un mundo de incertidumbres, afrontó desde diversas miradas esta pregunta.

Jerzy Nawojowski, director del CITeS y Mª del Carmen Azaústre Serrano, directora académica de la Cátedra, acogieron y presentaron las jornadas a las 120 personas que de modo presencial o virtual participaron en el encuentro.

En sus palabras Carmen expresó la necesidad de “encontrar la luz, las razones y el sentido frente a la guerra, la corrupción, el hambre, la pobreza, niebla y oscuridad de este tiempo que vivimos”. Y afirmó: “nuestro camino en la vida lo hacemos con niebla porque hasta el sol cuando es intenso… nos deslumbra, ¡¡¡y necesitamos puntos de sombra para observar y conocer el horizonte!!!” “Quizás tendríamos que recuperar esas virtudes” -se refería a la fe, la esperanza, el amor- “que puedan servir de ayuda al mundo complejo y estresante que vivimos, quizá puedan aportar algo útil”.

Cuatro palabras que aportan luces, preguntas, caminos

Vulnerabilidad, incertidumbre y resistencia. Santiago García Mourelo[1] invitó en su reflexión a aceptar y acoger la vulnerabilidad y la incertidumbre como parte de nuestra condición humana. Insistió en la necesidad de vivir la resistencia, una “resistencia cristiana que es capaz de asumir lo que nos rodea sabiendo que las cosas pueden ser de otra manera”. Apremió a “mantener la esperanza que es capaz de transformar la vulnerabilidad y la incertidumbre en condiciones de posibilidad”. La persona cristiana no claudica ante lo que parece imposible.

“Me ha parecido novedoso y estimulante el enfoque de que la incertidumbre es fuente de conocimiento y de relación, de que aceptar la incertidumbre nos hace activar resortes de confianza que nos llevan al riesgo y a la acción; que ensancha las posibilidades en relación con la fe, pues las sendas nos son desconocidas, pero ese impulso ayuda a elevarse en medio de la tiniebla y sustenta la esperanza que es mantenida por el amor”.

Lucía de Anta

Vivir confiando: A pesar de todo… Decir sí a la vida. Quien tomó la palabra esta vez fue Mª Ángeles Noblejas de la Flor[2]. A lo largo de su exposición adquirió fuerza la afirmación: “puedo hacer de una adversidad, un triunfo humano”. En el eclipse “no podemos confundir la oscuridad con la nada”, por lo que hace una llamada a “confiar en la realidad” pues “hay recursos en ella para abordar el peligro”.

“Me han impactado las propuestas que hace Mª Ángeles. Estamos capacitados para encontrar sentido. El ser humano es un ser que transita entre paradojas, un ser en proceso. Nuestros límites son nuestras posibilidades. Ha hecho una fuerte llamada a vivir con la confianza de que otra situación es posible. Vivir en la confianza de estar en los brazos del Padre.”

Rosario González

Dimensiones para la vivencia intensa y gozosa de la fe en la cotidianidad. No es lo mismo vivir la fe que decir la fe. “Cuando la fe forma parte ya en la gramática de mi vida, produce alegría, entrega, entusiasmo…” aseguró con fuerza y convicción Xavier Quinzá Lleó, sj.[3] “Con el corazón, y no solo con el pensamiento especulativo, hay que acoger la fe”.  “El deseo” -dijo- “es la primera forma de la fe”. Lo fundamental es que el otro nos desee y “¿no es ese el deseo de Dios?” En todo podemos vencer cuando descubrimos que “somos los ‘enamorados’ de Dios, le encantamos”. Por la fe experimentamos que “Dios está enamorado de nosotros, que nos ama apasionadamente” y esta es una fe “intensa y gozosa”.

“El encuentro con Xavier Quinzá me ha hecho reavivar la certeza del amor de Dios por cada persona. La certeza de que cada una, cada uno, somos alguien importante para Él. Y desde ahí brota el anhelo de vivir la vida con pasión y entrega en el día a día.”

Ana Quirós

Lo que transforma sin ruido. A través del testimonio de vida de Pedro Poveda y las primeras mujeres que se vieron desafiadas a empezar caminos nuevos a principios del siglo XX, Margarita Bartolomé Pina[4] ofreció en su intervención pistas para afrontar la incertidumbre y el riesgo. Se preguntó: ¿cómo se transforma una sociedad desde la educación?, ¿qué talante tenían las personas que afrontaron esa incertidumbre? Y señaló algunos rasgos que construyen a mujeres y hombres como “personas inconfundibles”: esa ‘difícil naturalidad’ que les hace amables y atrayentes; el diálogo con la realidad y lo diverso desde la mansedumbre y la paz; el hacer posible a la vez la fortaleza, la firmeza con la suavidad del amor; la alegría, fruto de la confianza y de la bondad.

“Lo que Margarita nos ha transmitido sobre Poveda, casa con lo que vengo ya desde hace un tiempo meditando: evitar el protagonismo, posponernos; unidas al Señor, firmes en la formación, en la entrega, en la disciplina; darnos a los demás con amabilidad y confianza. Y así poder presentar el rostro atractivo del Señor a todos; esa misericordia que se expande a todas las generaciones, a cualquier tipo de personas; ese Dios que ama a toda la humanidad, a la entera creación.”

Delia Sagastegui Urteaga

Un espacio para el arte

Como es costumbre, no podía faltar el espacio artístico, otra manera de aprender disfrutando. En esta ocasión desde la música, el canto y la palabra, primero, y luego también desde el arte cinematrográfico con la visualización de la película La grandeza de vivir.

José Robledano Cabrera y César García-Rincón de Castro nos ofrecieron el Concierto-taller contemplativo: Presencia y Sentido. El diálogo entre estos dos personajes, Presencia y Sentido, se entrecruzaba con poemas de nuestros grandes místicos -Fray Luis de León, Santa Teresa y San Juan de la Cruz- interpretados por José y César con maestría.

Y la semilla se hizo árbol

Así tuvo por título el panel de experiencias donde participaron Mª Jesús Cañellas, Beatriz Núñez y el matrimonio Ana Cristina Gómez y Pablo Ruz. Cada uno compartió, desde su experiencia personal y profesional, cómo el contacto con la Institución Teresiana les ayudó a vivir y afrontar también la incertidumbre desde esos rasgos carismáticos que le habían sido transmitidos.

Se dejaron sorprender

“No es fácil sorprenderse hoy en día. Y nosotros no salimos de asombro por participar en un curso-encuentro del CITeS sobre encontrar sentido a la vida en un continuo de incertidumbre. La sorpresa gramatical está plagada de ‘signos’: una gran familia creo que muy unida y respetuosa. Mucha bonhomía. Bondad a raudales y humildad en la fe. Solo dar gracias a Dios y a nuestros vecinos por este descubrimiento y en el XXI.”

Joaquín e Isú

“Un oasis de paz en un mundo frenético. Unas ponencias excelentes que confirman la racionalidad y la necesidad de la fe religiosa. Una oportunidad de disfrutar de conversaciones en los pasillos y en el comedor sobre temas profundos.”

Thomas Sheehan

“Para mí la Cátedra es un evento anual imprescindible, en él mi mente y mi espíritu se atreven a volar alto intelectualmente. Es un espacio también de encuentro con gente querida y con la que convivir y dialogar amplia y abiertamente sobre todas las ponencias y experiencias que se van ofreciendo a lo largo de todo el fin de semana.”

María Romero

“Le he dado muchas gracias a Dios. Las aportaciones de cada uno de los ponentes me han abierto horizontes, afianzado criterios y han significado un gran empuje a la confianza esperanzada, al afirmar que los valores evangélicos construyen una sociedad que se transforma sin ruido.  Gracias por todos vosotros que aportáis luz en estos momentos de incertidumbre. Gracias.”

Hna. Yolanda Mascarell

Que nos piense la luz

 Con palabras de agradecimiento a todos los que han hecho posible este encuentro con su aportación generosa, Jerzy y Carmen clausuraron el XII Curso de la Cátedra de Josefa Segovia y convocaron a los presentes al próximo curso en marzo de 2024. Aludiendo a un poema de Antonio Gamoneda[5], Carmen concluyó diciendo: “Que nos piense la luz para hacer más fraterno y solidario este mundo que vivimos y en ella nos envuelva”.

Por Información IT España

 

[1] Doctor en Teología Dogmática-Fundamental, profesor en la Universidad Pontificia de Comillas.

[2] Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación. Universidad Complutense de Madrid. Miembro fundador y presidenta de la Asociación Española de Logoterapia (AESLO). Directora de la revista NOUS.

[3] Doctor en Teología y profesor jubilado en la Universidad Pontificia Comillas. Lic. en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Complutense de Madrid.

[4] Doctora en Pedagogía. Catedrática jubilada. Universidad de Barcelona.

[5] Antonio Gamoneda: Canción errónea