Unas 50 personas de diversos lugares de España participaron en el primer encuentro ‘online’ de Diálogos para la Acción III con el lema ¡Es la hora! ¡Nuestra hora! Mujeres y migraciones el 21 de febrero. Este proyecto tiene la voluntad de articular y potenciar el trabajo que realiza la Institución Teresiana (IT) en España a través del Área de Acción Social, de InteRed y de todas las personas que están vinculadas de distintas formas a esta acción.

La mesa de diálogo formada por Elena Arce, abogada y experta en migraciones, Pura Hidalgo, coordinadora del Proyecto Rajab, y Nathy Barrios, pedagoga y voluntaria de InteRed, empezó con una auto presentación sobre sus rasgos de personalidad, proyectos actuales y sueños. Tres mujeres donde se entrecruzaban la persistencia de Elena, con la resiliencia de Nathy y con la ‘mujer de a pie’ de Pura; tres mujeres que luchan por unas leyes justas, una educación que visibilice el mundo injusto que hemos montado y la ausencia de personas ilegales en nuestro país. Todo un preludio de lo que después narró cada una.

Acompañar la movilidad

Elena Arce habló de personas en movilidad vs migración. Las personas se mueven por distintos motivos y el desafío es acompañar esa movilidad. Elena lo hace con las “gafas” de género y de infancia. Facilitó cifras pues los datos ayudan a desmontar discursos de odio. Hay 6.200.000 residentes legales; de ellos, el 48% son mujeres. Las nacionalidades predominantes entre las mujeres son: Ucrania 62%, Venezuela el 56 % y Colombia el 55%.  El 22 de septiembre, según datos de Cruz Roja, llegaron a Canarias 15.082 personas, un 30 % entre mujeres y menores de edad. Se consideraron situaciones duras que han vivido muchas mujeres latinoamericanas a consecuencia de la ley de extranjería de 1985, una ley pensada por hombres y para hombres; nuestras leyes no han tenido en cuenta la mujer.

El desafío de acompañar plantea una llamada de atención a revisar nuestra intervención, como personas de iglesia, revisar nuestro modo de acompañar, nuestros programas de acogida. Han llegado 3.042 menores acompañados ¿Cuántos programas e intervenciones hay para visibilizar esta situación? Es preciso ser conscientes de la realidad que viven.  Hoy, junto con la falta de trabajo, otro problema real es la vivienda. Es un tema difícil para mucha gente, pero aún es peor para la gente en movilidad y, en el caso de las mujeres y menores, un riesgo de explotación. Muchas personas lo primero que te dicen es “no tengo vivienda”. Desde un enfoque de género hay que tener en cuenta todo esto.

Espacios que acompañan y generan vínculos

Pura Hidalgo compartió el quehacer del proyecto Rajab, premio Andalucía sobre Migraciones 2022 de la Junta de Andalucía en la modalidad de Programas Educativos de Fomento de Interculturalidad. Rajab es sobre todo un proceso de acompañamiento a cada persona desde la valoración profunda de su dignidad. Todas sus actividades (talleres, celebraciones, círculos de escucha…) tienen un eje fundamental: potenciar la autoestima, respeto, identidad cultural, la comunicación; generar vínculos y establecer redes de acompañamiento.

Describió alguna de sus acciones varias y, entre ellas, una muy significativa: Taller de Escultura Creativa. A través de la escultura se proyecta lo más profundo de cada persona, se crean obras únicas y singulares, como única es cada persona. Rajab es más que un proyecto, es una gran familia donde se generan vínculos de hermandad.

Una experiencia de resiliencia

Nathy Barrios, chilena, narró su experiencia como persona en movilidad. Tenía una imagen de España ‘idílica’: un lugar donde las mujeres estaban empoderadas, se hablaba de feminismo… y, cuando hay que buscar trabajo, empiezan los problemas. Trabajar en negro, en sitios que te pagan o no, donde abusan de tu situación de no estar legal en el país, donde el tema de la vivienda supone un riesgo… Y toca aguantar y aguantar. Conoce a mujeres internas en una casa por 400 € mensuales: es una explotación.  Conseguir el permiso de residencia contando con un contrato es una situación complicada y obtener la homologación de título -en Chile era maestra de Primaria- otra piedra en el camino, pasaron tres años para conseguirlo. El tema emocional se resiente. ¿Cómo vivir con tu identidad y abrirte a otra cultura?, ¿cómo encajar en una sociedad distinta? Es un enorme desafío. Después de estos años siente que está en un momento distinto, pero es duro.

En este proceso se ha encontrado con personas buenas, pero también con gente abusadora. A veces se planteó que tendría que haber una ‘bolsa de trabajo en negro’ con el sentido de contar con personas que ayudaran a conseguir un primer trabajo donde se va a tratar bien a la persona, van a pagar en la fecha y no van a abusar de ella.

Como madre de familia sueña con que sus hijas no pasen lo que le ha tocado vivir a ella y ve urgente dar respuesta educativa para enseñar el valor de la diversidad y la interculturalidad.  Ahora, como voluntaria, siente que es una persona valiosa.

Mirar de nuevo a aquellos que nadie mira

Escuchar las tres experiencias con la fuerza, vitalidad y realidad con la que nos las expusieron Pura, Elena y Nataly me ha hecho mirar de nuevo y esta vez, si cabe, con más entrañas de misericordia y deseos de compromiso eficaz, a tantas personas que se movilizan buscando una tierra que los acoja. Son muchas las murallas económicas, burocráticas y de toda índole por las que pasan.

Nos dejaron ver algunas pistas para la acción, entre ellas constituir redes de apoyo que escuchen y actúen desde sus necesidades. A veces podemos estar montando actividades y ‘soluciones’ que no responden realmente a lo que de verdad necesitan. Escuchar a fondo, acompañar, estar a su lado y desde su lado. Intercambiar valores culturales, interesarnos de verdad. Como dice García Roca en su último libro de Supervivientes, ser sujetos que se custodian mutuamente.

¡Deseamos un mundo donde quepan muchos mundos! Es la hora de practicar la hospitalidad y la inclusión. Es la hora de alzar la voz e implicarse”. (Concha Romera, Oviedo)

Diálogo para la acción

 ¿Qué hacer para no paliar lo que le corresponde al Estado?, ¿por dónde tendría que ir nuestra acción? Es claro que hay que trabajar para revindicar derechos, revisar nuestra intervención, la administración funciona mal… Sigue en curso la campaña de Sin citas no hay derecho[1] porque no dan citas para renovar la documentación y esto genera muchos problemas.

Respecto a la homologación de títulos, ¿cuántas asociaciones colaboran?, ¿qué ‘nichos’ vamos descubriendo donde hay que actuar? ¿Y sobre la valoración del Reglamento de la Ley de Extranjería?  Ha sido un avance, aunque no sea lo mejor que se podía haber hecho. Habríamos deseado una ley orgánica pero el momento político en que estamos no lo ha hecho posible. Lo mejor en este último tiempo ha sido el Sistema Especial para Empleados de Hogar.

Una jornada interpelante

La Webinar de ayer de me ha resultado muy interesante. En mi opinión las tres invitadas a participar en esta sesión nos ofrecieron una imagen ágil y certera de la realidad que viven las mujeres que se ven obligadas a dejar su país para venir al nuestro.  Las intervenciones de Elena, Pura y Nataly, cada una desde su propia perspectiva y experiencias personales, fueron muy complementarias, lo que resultó una visión de conjunto sobre la temática muy rica… y, para mí muy interpelante.

De esta sesión de Diálogos me quedo sobre todo con la llamada a cuestionarme y a revisar mis propias prácticas en el proyecto Aim Karem en el que participo, y a no perder de vista la cuestión sobre la necesidad de redes de apoyo para los grupos de mujeres con los que voy haciendo camino”. (Carmen López- Burgos)

Por el Equipo de Diálogos para la Acción

[1] Bajo este lema el 4 de octubre de 2019, se dieron cita inmigrantes, ONG´s y abogados en la puerta de la Oficina de Extranjería de la Calle Silva 19, de Madrid, para denunciar la falta de citas en las Oficinas de Extranjería para realizar los trámites indispensables para que los extranjeros regularicen su situación en España, obtengan los permisos de residencia de sus hijos nacidos en el país o para que ciudadanos comunitarios obtengan la tarjeta de residencia de sus familiares no comunitarios, entre otros.