Dolorosamente, a menudo son las personas más cercanas, familiares, maestros y religiosos, a quienes se les ha concedido un alto grado de confianza, quienes cometen graves abusos sexuales y físicos contra menores. Carmen Serrano Navarro habla sobre los esfuerzos de la Comisión de Buentrato de la Institución Teresiana para proteger a todos y para ayudar a las víctimas a sanar este enorme daño.

Carmen Serrano Navarro es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un máster en desarrollo y cooperación internacional con especialización en derechos humanos por el IECHS, Escuela de Altos Estudios en Comunicación de Bruselas. Ha trabajado en el Departamento de Lenguas y Traducción de la Comisión europea de Bruselas. Durante más de diez años asumió la función como responsable del BICE (Oficina Internacional Católica de la Infancia) para América Latina y el Caribe, creando una red de asociaciones locales de doce países para la defensa de la dignidad y los derechos de la infancia. Ha asumido la coordinación de numerosos seminarios, coloquios y jornadas de estudio sobre temas de infancia en América Latina y en Europa.

Carmen F. Aguinaco: Base a tu experiencia en el BICE, te pidieron coordinar la Comisión de Buentrato. ¿Cuáles son sus objetivos?

Carmen Serrano: Uno de los objetivos de la Comisión del Buentrato IT fue la elaboración en 2019 de la Política de Protección para promover el buentrato, prevenir la violencia y actuar ante los abusos a la infancia, adolescencia y colectivos vulnerables, que se fue aprobada por el Consejo de Gobierno IT 2020 y ese mismo año se presentó al Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, en Roma. Otros objetivos han sido la presentación y difusión de la PPIT (Política de Protección Institución Teresiana) en distintos espacios y continentes, la realización de seminarios, talleres formativos sobre temas específicos al maltrato, al abuso, abuso sexual y la cultura del buentrato. Al hilo de la actualidad, la Comisión ha escrito artículos sobre buentrato en tiempos de Covid, la Ley de protección integral de infancia y adolescencia en España, buentrato en familia…

C. F. A.: El fenómeno del maltrato y del abuso a niños ha saltado a la actualidad de manera bastante feroz… ¿Es un fenómeno moderno? ¿Cuáles piensas que serían sus raíces?

C. S.: Desgraciadamente el fenómeno del maltrato y del abuso a menores de edad no es nuevo. Durante siglos los niños han sufrido violencias a manos de los adultos sin que hayan sido vistas ni oídas. Desde hace unos años, a raíz de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño, se están haciendo visibles, así como la evidencia de los daños que provocan.

Este cambio viene vinculado al reconocimiento de las obligaciones de derechos humanos de eliminar la violencia contra los niños y niñas que se ha intensificado con la adopción y ratificación casi universal de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Esta subraya la condición de los niños como titulares de derechos y el respeto por su dignidad e integridad física. Por otra parte, hay mayor reconocimiento del impacto del maltrato y el abuso en la salud física y mental de los niños y las niñas.

El maltrato más cruel, en muchos países ya considerado delito, es el abuso sexual a la infancia y adolescencia. Su denuncia sigue considerándose un tabú. Las víctimas se quejan de falta de apoyo. Necesitan una media de diez años de terapia para recuperarse del daño que han sufrido.

Recientemente los medios de comunicación se han hecho eco de los abusos a adolescentes en los centros de menores en distintas ciudades españolas. No digamos el impacto mediático de los abusos a menores en la iglesia. Sobre estos últimos era frecuente oír, pero ¿por qué lo sacan ahora, si ocurrió hace 20 o más años?

A las víctimas infantiles a menudo se les impone el silencio y por lo general obedecen por amenazas, presión familiar, vergüenza o incluso separación, o bien porque, si hablaran de ello, expresarían ira o rabia y esto se consideraría inaceptable en su entorno, especialmente si se trata de un entorno religioso. Fueron despojados de voz porque el abusador desviaba el sentido de sus palabras o las utiliza en contra de él. Guardaron para ellos sus miedos, angustias, sufrimientos, rabia, dudas y cuestionamientos hasta que ‘algo’ o ‘alguien’ ha intervenido en sus vidas que les ha empoderado para poder nombrar, relatar y denunciar su trauma.

C. F. A.: ¿Hay alguna manera de frenar o eliminar esta situación?

C. S.:  La prevención sería la clave. La violencia no es una consecuencia inevitable de la condición humana. Si bien las obligaciones legales recaen sobre los Estados, todos los sectores de la sociedad, todas las personas comparten la responsabilidad de condenar y prevenir la violencia y el abuso contra los niños y niñas y responder ante las víctimas. Hay que reforzar el compromiso y la inversión.

C. F. A.: ¿Qué programas o prácticas serían beneficiosos? Más allá de programas (o más bien, más acá…) ¿qué sería lo más urgente?

C. S.: En la Política de Protección de la IT se proponen tres medidas concretas: Información y formación en grupos, organismos y en la familia, con campañas para combatir las actitudes que perpetúan la tolerancia y la indulgencia respecto del maltrato y el abuso sexual. También hay que concientizar sobre la naturaleza y los efectos del abuso sexual con el fin de promover la comprensión, fomentar la seguridad o buentrato, la compasión y las relaciones correctas, y cómo saber trabajar con las víctimas.

En segundo lugar, análisis de los factores de riesgo para la protección. La valoración de factores de riesgos para la protección de la infancia y adolescencia se llevará a cabo durante el diseño preliminar de los programas, proyectos o actividades y durante la fase de formulación de los mismos. Será necesaria la incorporación de estrategias efectivas de prevención del maltrato y violencia, y de la promoción de una cultura del buentrato en el diseño de todos los programas, proyectos y actividades.

Por último, contratación segura de personal. La contratación se llevará a cabo en conformidad con las exigencias del derecho internacional y nacional en materia de protección de la infancia y colectivos vulnerables. La IT amplía esta exigencia a todas las demás formas de maltrato significativas a la infancia, adolescencia. Por lo tanto, se compromete a obtener toda la información disponible y tomar las disposiciones necesarias para verificar y respetar estas exigencias durante la contratación de personal y el candidato se compromete a proporcionar toda la información respecto de su registro de antecedentes penales, pruebas psicológicas y referencias profesionales.

Para quien desee tener más información, Carmen Serrano comunica que en la Web Internacional de la Institución Teresiana existe la sección Buentrato donde se encuentra la PPIT en diferentes lenguas así como la información sobre los seminarios, talleres y artículos de la Comisión.

Por Carmen F. Aguinaco