La Cátedra Josefa Segovia un año más convocó a la reflexión, estudio y oración sobre una pregunta ¿Eclipse de Dios hoy? y un reto: Desvelando la luz. Comienza este XI Curso el 20 de mayo en la ciudad de Ávila, en el recinto familiar de la Universidad de la Mística, CITeS.

Un encuentro, un impulso para vivir

Se han recibido miles de palabras agradecidas de los más de cien participantes, tanto de los presentes como de quienes siguieron el evento vía virtual. “Ha supuesto una nueva oportunidad de encuentro con la gente”, compartió Mónica, “y también de profundizar en nuestra experiencia de Dios en un mundo en el que, a veces, vemos que puede haber tanta oscuridad y, sin embargo, hay muchas puertas y muchos destellos de luz”. Desde Santiago de Compostela llegan estas palabras de Carolina que participó por primera vez en la Cátedra:

“Han sido dos días intensos. Después de darle muchas vueltas a si debía ir o no (aunque en mi interior había una cierta intuición de que sí debía ir…) el balance no puede ser más positivo: una excelente experiencia, el lugar y la comunidad del CiTeS son un remanso de paz que invitan al recogimiento y la reflexión, la comunidad teresiana cálida y acogedora, y el contenido del curso actual y profundo. Me ha servido para serenarme y relativizar, al mismo tiempo que me impulsa a compartir y vivir mi modesta experiencia en mi vida cotidiana. Todas las ponencias me han aportado cosas nuevas y me han tocado: humanidad, fascinación, delicadeza, espíritu, bondad, interioridad, testigos… Como alguien dijo, aportaron mucha luz sin quedarse en la mera descripción del eclipse… Al fin y al cabo, ¿no ha sido siempre una tarea difícil reservada a corazones delicados el descubrirle en la realidad? El espacio de oración de Taizé resultó magnífico, muy oportuno para interiorizar lo escuchado. Y con la magia hemos disfrutado de un rato muy divertido y diferente, un acierto. Muy agradecida por la invitación y la acogida. Un abrazo a todos.”

Rufi expresó al final del encuentro:

“Para mí significó reencontrarme con la Institución más directamente, de tú a tú. Ha sido un regalo que he recibido de todas las personas que estamos aquí y de los testimonios y experiencias que nos han ido comunicando. Ha sido un impacto el haber escuchado a las personas y haber podido reflexionar y orar con ellas, con lo que nos iban transmitiendo. Y la ‘delicadeza’ de descubrir a Dios en medio de la noche, pues diría que lo hemos vivido en directo. Una experiencia muy honda y muy fuerte. Me voy renovada y encantada. Gracias a todas las personas que lo habéis organizado y que estáis detrás de todo esto.”

XI Curso de la Cártedra Josefa Segovia

El director del CITeS, Dr. Jerzy Nawojoski y la Dra. Mª del Carmen Azaústre Serrano, directora académica de la Cátedra presentaron la undécima edición de la Cátedra. Mientras “algunos pensadores actuales están convencidos de que la creciente indiferencia religiosa, agnosticismo y ateísmo que caracterizan nuestra sociedad son una consecuencia predecible y casi inevitable de la maduración intelectual del ser humano”, compartió Carmen, “nos podemos preguntar si este ocultamiento de Dios no se debe más bien a nuestra incapacidad de detectarlo o percibirlo”.

Azaústre explicó que el objetivo del curso era “explorar la posibilidad de que estemos experimentando un eclipse de Dios”. Anunció que la aproximación al tema se abordaría, no solo desde diferentes perspectivas: la psicológica, la teológica, la bíblica y la educativa -que ocuparían los espacios de conferencia-, sino también a través de la experiencia orante, el testimonio de hombres y mujeres que vivieron a fondo su amistad con Dios: Pedro Poveda, Teresa de Jesús y Simone Weil; y la celebración eucarística. No faltaría la ilusión de la magia del mago Tamarit.

Tanto Jerzy como Carmen hicieron recuerdo de las situaciones que vivimos, lejos y cerca: el tiempo de pandemia y sus consecuencias, la actual guerra en Ucrania… y el ¿eclipse? de una vida que se fue inesperadamente, pero que sigue presente en el recuerdo agradecido: el padre Rómulo Cuartas Londoño. Él acompañó la andadura de esta Cátedra desde su nacimiento dejando un testimonio de cercanía, cuidado y cariño. “Su palabra sabia y acertada, sus consejos, su presencia cercana y alentadora han sido para nosotras un signo de la colaboración fraterna y lúcida que ha presidido todos nuestros encuentros”, afirmó Carmen. Su siembra no fue en vano.

De cada curso se publican las ponencias y principales contenidos. Mª Jesús González Garmendia presentó la publicación del curso anterior que lleva por título Descubriendo la belleza que nos salva.

Cuatro miradas al ¿eclipse de Dios?

Cuatro ponencias llenaron el espacio de búsqueda y reflexión. Con el título Era de la increencia: ¿tenemos ojos para ver y oídos para oír?, el Dr. Thomas Sheehan se preguntó si “se pueden identificar las causas del eclipse de Dios y quitarlas, permitiéndonos volver a detectar la presencia y existencia de Dios”. ¿Es posible que hayamos perdido nuestra capacidad de Dios? Nombró posibles factores sociológicos, psicológicos y neurobiológicos, así como algunas características del mundo actual que provocan esta atrofia: burocratización, cuantificación, medir lo no medible, controlarlo todo, idolatría de la ciencia. Terminó esbozando algunos caminos que ayuden a revertir esta situación: un sano equilibrio de nuestras capacidades cognitivas, el arte…

En la ponencia, Ser humano-Dios: incertidumbre y fascinación, la Dra. Carmen Aparicio Valls invitó a salir al encuentro del otro y reconocer el misterio de la finitud, la incertidumbre dejándonos fascinar por el amor. Mirar al crucificado y dejarse mirar por él. Poveda, dijo, nos invita a mirar al Cristo crucificado, escuela de amor.

El Dr. Víctor Herrero de Miguel ofreció su lectura del relato bíblico de Job: Arañando sombras para verte. Job en búsqueda de Dios. En su combate con Dios, Job experimenta que “la sustancia última de la realidad es la bondad”. Reconoció que Dios tiene ‘entrañas’ y puede contemplar el mundo con el convencimiento de que Dios está siempre a nuestro lado. La condición que desvela la luz es, para Víctor, la delicadeza. Y es que “basta ver bien lo que se ve, y se verá lo que no se ve” (Jorge Guillén).

La oportunidad educativa de la interioridad fue el título de la intervención del Dr. Carlos Esteban Gracés, quien afirmó que el eclipse de Dios no es universalizable. Está ocurriendo en la sociedad de bienestar de Europa. Expresó que hay que vincular la crisis de Dios a la crisis eclesial, institucional. “La humanidad busca a Dios y, si no lo encuentran dentro, lo buscan fuera”. Insistió en que la interioridad no es una moda, ni unas técnicas, ni autoayuda… “es un paradigma para inspirarnos”. “La pedagogía de la interioridad están en línea con el humanismo pleno, con la formación integral”, siguió diciendo. Y señaló tres aprendizajes importantes: aprendizajes culturales que fortalezcan el bien de la interioridad; aprendizajes sociales y éticos, pues en el ‘otro’ podemos dejarnos interpelar y cuestionar; aprendizajes vitales y de sentido que provoquen experiencia religiosa. La interioridad “es un terreno invisible a los ojos, visible desde los ojos del corazón”, es construir sobre roca. Invitó a ayudar a que nuestros alumnos “bajen las escaleras, porque ahí nos espera quien nos habita y conoce, ahí acontece el encuentro”. Pero advirtió, “el viaje no es solo de bajada, es de subida a la realidad para hacernos cargo de ella”.

Tres testigos de luz

Con el deseo de ‘desvelar la luz’ en nuestra ‘noche’, se presentaron a tres personas que han sabido “arañar las sombras para verte”, como Job: Teresa de Jesús, Pedro Poveda y Simone Weil.

La figura de Teresa de Jesús fue presentada por Myrna Torbay, Ingeniera civil y Máster en Mística y Ciencias Humanas. Myrna describió la imagen de Dios del siglo XVI y cómo Teresa descubre poco a poco a Dios entrando en su experiencia. Conocimiento propio, oración, búsqueda de la verdad, acompañamiento… algunas claves.

A Pedro Poveda se le dio a conocer a través de sus propias palabras en la correspondencia de los años 1918-1924. “Poveda es testigo por su palabra vivida”, dijo María Dolores Martín Blanco al presentar a un hombre que dice de sí mismo “soy enemigo de las medias tintas”, “no creo en las virtudes a medias”. Pero es verdad que “a Dios no lo vemos… vemos sus huellas” y M. Dolores nos presentó “tres heridas por las que se desvela la luz” en Poveda: la verdad (cultura, estudio, corazón inteligente, desposorio virtud/ciencia), la alteridad y la historia, la acción en la historia: algo hay que hacer, dejar hacer a Dios a través de nuestro hacer.

Por último, Josep Otón relató cómo Simone Weil llega a descubrir y nombrar al Dios que se le hace presente. “Sentí una presencia…” escribirá Simone, para llegar a decir años más tarde en Asís: “Algo más fuerte que yo, me puso de rodillas”. Supo “amar el amor divino a través de la desdicha”, comentó Josep, “la experiencia espiritual no le quita el eclipse de Dios”. El silencio nos habita; silencio, sí, pero con plenitud de sentido. El hambre de luz, el hambre de Dios es una certeza. Y la persona llora porque tiene hambre.

Clausura del curso

Se clausuró el XI Curso de la Cátedra de Josefa Segovia con las palabras de Azaústre que citó a San Juan de la Cruz: “En una noche oscura, / con ansias, en amores inflamada, / ¡oh dichosa ventura!, / salí sin ser notada / estando ya mi casa sosegada” para afirmar “esta es la experiencia de este XI Curso”.

Jerzy aplaudió la organización cuidadosa del evento, agradeció el gesto de reconocimiento al P. Rómulo y afirmó: “La Cátedra se centró más en la segunda parte: desvelando la luz; eso nos confirma que hay mucha más luz que oscuridad”.

Por Información IT España