Organizado por el equipo Humanizando la Salud el 30 de noviembre se celebró el primer encuentro de estos Diálogos sobre cuidados y salud integral. Os ofrecemos una síntesis del contenido y la grabación del encuentro virtual.

Unas 100 personas de España, Chile, Colombia, Irlanda y Francia se han dado cita para profundizar en la temática del primer diálogo La salud integral desde una mirada holística de la persona. Aportaciones desde la genética y la neurociencia, desarrollado por Emma Martínez Ocaña, psicopedagoga y teóloga y por Juan Cózar Olmo, médico oncólogo infantil.

El cuidado está vinculado a lo que amamos

Inicia Emma su intervención subrayando la importancia de los cuidados y con el deseo de que avancemos hacia una sociedad donde el cuidado sea un paradigma.

Parte de que “somos seres corporales”, situados en la historia, somos un cuerpo unificado e interconectado, por eso la mirada holística; “somos seres psicosexuados”, capaces de tener una consciencia de identidad, seres emocionales que tenemos que reconocer y encauzar las emociones; “somos seres racionales”, personas con capacidad de pensar, crear, elegir; “somos seres relacionales”, personas comunitarias, interdependientes y ecodependientes; “somos seres políticos”, personas insertas en la ‘polis’ y responsables de su gestión y cuidado; “somos seres espirituales”, personas con capacidad para desarrollar nuestra inteligencia espiritual y holística.

Neurociencia: una puerta a la salud holística

Juan comenzó definiendo el concepto de salud no como “un estado de bienestar total” -según la OMS- sino como un proceso permanente de búsqueda del equilibrio dinámico en todos los factores que componen la vida, capaz de acoger la vida tal y como esta se presenta”.  Consiste en “saber afrontar saludablemente la enfermedad y la salud”.  

Con este planteamiento y después de hacer un repaso a la base biológica de la individualidad y los hemisferios del cerebro, se detiene en la neuroplasticidad, “la capacidad del sistema nervioso de modificarse a sí mismo en respuesta a distintas situaciones vitales durante el proceso de adaptación”. Está demostrado que la práctica de la meditación mindfulness origina cambios, aumenta la materia gris del cerebro. Concluye diciendo que “somos y llegamos a ser lo que deseamos, lo que potenciamos y estimulamos, aquello a lo que dedicamos tiempo y esfuerzo”, y esto nos va configurando.

Expuso a continuación las posibilidades de adaptación y cambio a partir de la epigenética, cambios que se producen en la vida de la persona y que se pueden transmitir a generaciones sucesivas. No obstante, se pueden gestionar los traumas sufridos tanto de manera positiva o negativa.

Termina citando a Emma: “Aprender esta sabiduría de favorecer el cuidado de sí mismo sin olvidar el cuidado de los otros y del mundo no es algo estático, ni preestablecido. Es una sabiduría que vamos aprendiendo… Cada persona es única e irrepetible y es ella la que tiene que darse cuenta de cómo necesita cuidarse y ser cuidada.”

Diálogo en sala

El chat está lleno de agradecimientos por la claridad con que han expuesto los ponentes y la visión amplia que han dejado para seguir profundizando. Después de las intervenciones y comentarios suscitados se cierra la sesión con algunas afirmaciones por parte de los ponentes: “cuidar nuestro ser completo es hacer, de alguna manera, un cuerpo espiritual”, “Jesús fue testigo corporal de un misterio de amor…”

Por el Equipo Humanizando la Salud