Carlos C. Osoro, arzobispo de Madrid, amigo de la Institución y oferente este año en el voto de Covadonga, comparte en su exposición el reto que recibe hoy de San Pedro Poveda. Ofrecemos un fragmento de sus palabras.

Hoy, San Pedro Poveda y la IT, con su vida y su misión, me está diciendo que tenemos que entrar en la cultura del cuidado, lo cual supone:

Cuidar la fe:  custodiar la fe para no sucumbir a nada, ni dejarnos caer en la resignación de quien ya no ve una salida. San Pedro Poveda me ha enseñado que custodiar la fe es mantener la mirada en alto, hacia el cielo, es no ceder a la lógica de la desilusión, de la venganza, de ir pasando.  La fe hace permanecer con la mirada puesta en ese Dios de amor que nos llama a ser hermanos entre nosotros.

Cuidar la oración que nos abre a la confianza en Dios incluso en los momentos difíciles. San Pedro Poveda ha sido un maestro y una compañía entrañable, me enseñó a esperar en momentos fáciles y difíciles; contra todas las evidencias, me ayudó a ver cómo hay que sostenerse en la batalla cotidiana. La oración no es una fuga, no es un modo de escapar de los problemas, al contrario, es la única arma que tenemos para cuidar el amor y la esperanza en medio de todas las quiebras que siembra la vida cotidiana.  Nos ayuda a no replegarnos dentro de nosotros mismos cuando hay dificultades, ¡qué maestro de oración es Pedro Poveda!

Cuidar el estudio: junto a la oración él puso el estudio como medio para comprender mejor el mundo y la sociedad que la Iglesia, y en ella la Institución, están llamadas a transformar.  (…) Aquí, “mirando a la Santina” sintió que su experiencia de Guadix se transformaba en la convicción de que la educación era el medio privilegiado para llevar a cabo la aportación de formar personas abiertas a Dios, y que las mujeres eran el sujeto social -emergente en su momento- para llevar a delante esa misión. Hoy pongo ante la Santina el deseo de que ella ilumine y acompañe los pasos que en este mundo en cambio estamos llamados a dar.

Cuidar la unidad: esa oración de Jesús, “que todos sean uno”, una sola familia donde reinan el amor y la fraternidad, ¡qué bien lo supo interpretar y vivir San Pedro Poveda!  Como Jesús nos enseña, Pedro Poveda, sabía por propia experiencia, que como en el principio hay discípulos que discuten, que se tienen envidia, que miran para ver quien es más grande y quién debe mandar. (…) Eso lo padeció en su vida San Pedro Poveda, pero él siempre buscó el deseo de Cristo: que sean uno, que formen una familia, que tengan el valor de vivir los vínculos de la amistad, del amor y de la fraternidad. Le tocó vivir en un momento de la historia de España donde la situación política y social requería un compromiso por la paz y la fraternidad, por construir una cultura en la que el Evangelio diese entrañas, ello lo llevó a trabajar por la construcción de la paz y de la fraternidad, nunca a alimentar la violencia. Esto requería la presencia de discípulos de Cristo en la cultura del diálogo, del respeto al otro, de la custodia del hermano, de la comunión. En este ámbito y con este deseo en su corazón nace la IT como Obra de Dios.

Cuidar la verdad:  (…) San Pedro Poveda en la santa Cueva, junto a la Santina, comprende que custodiar la verdad, no es defender ideas o convertirnos en guardianes de un sistema de doctrinas, custodiar la verdad es permanecer unidos a Cristo, vivir consagrados a su Evangelio. La verdad es Cristo mismo, ¡qué bien lo expresa San Pedro Poveda!: “los hombres de Dios y las mujeres de Dios son inconfundibles. No se distinguen porque sean brillantes, ni porque deslumbren, ni por su fortaleza humana, sino por los frutos santos, por aquello que sentían los discípulos de Emaús cuando iban en compañía de Cristo Resucitado a quien no conocían, pero sentían los efectos de su presencia”. San Pedro Poveda nunca doblegó el Evangelio a las lógicas humanas y mundanas. Cuidó la verdad en todas las situaciones que le puso la vida, el Señor le quería consagrado a la verdad y a la belleza del Evangelio. Y la IT que él ve junto a la Santina de Covadonga, la ve como buscadora de la belleza del Evangelio en todas las dimensiones y expresiones que se puedan dar en la cultura.

Cuidar a la Iglesia que es obra del Señor y a la que nosotros por gracia pertenecemos:  hay que hacer que la Iglesia sea lo que el Señor ha querido, portadora del anuncio de Jesucristo con palabras y obras, en todas las situaciones que vivan los hombres en las diversas culturas y a través de la cultura, haciendo llegar la noticia del Evangelio, es decir, estando en la verdad y para la verdad, que es Jesucristo, siempre dando la vida por los demás. (…) Hay unas palabras de San Pedro Poveda que siempre recuerdo: “si hay que velar, se vela; si hay que humillarse, se humilla: si hay que pedir limosna, se pide; si hay que enfermar se enferma; si hay que morir se muere en la batalla. Con honra y con gloria, con Cristo, en nombre de Cristo y para gloria de Cristo”. Nunca dejemos entrar a la Iglesia, y por ello no entremos nosotros, en la lógica que nos pone en el centro y nos hace descartar a quien piensa de modo diferente. El centro para nosotros es Cristo. Y junto a la Santina de Covadonga que puso a Dios en el centro, allí junto a Ella, nació la IT. Vivamos desde el centro que es Cristo.

Carlos Osoro, arzobispo de Madrid. Palabras pronunciadas en el Voto de Covadonga, 2021

Se puede encontrar el texto completo en la Web Internacional de la IT