En el artículo ‘La sociedad frente al espejo‘, Manuela Aguilera dedica un espacio, con el epígrafe ‘¿Qué les pasa a los jóvenes?’, a reflexionar sobre el mundo juvenil. Traemos aquí un fragmento donde insiste en la necesidad vital de “conocerlos, aproximarnos y, sobre todo, confiar en ellos”.

“¿Hacia dónde debemos dirigir nuestros pasos para llegar a ellos? ¿Cómo podremos llegar a comprenderlos? ¿Cómo poder entrar en contacto con ellos siendo un colectivo tan escurridizo? Comencemos por aceptar que son distintos, una generación que ha nacido en un mundo completamente diferente al nuestro. Y seamos comprensivos, escuchémosles, aprendamos y tengamos presente la afirmación de Pedro Poveda sobre ellos: los jóvenes todo lo pueden y ellos pueden conquistar el mundo.

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“Los jóvenes no dejan de preocuparnos. Nos incomodan tanto como nos obsesionan. A menudo, tachados de frívolos y superficiales, de un culto exacerbado a la imagen y a la autosatisfacción, lo cierto es que muchos, muchísimos, se caracterizan por su enorme compromiso político, social, medioambiental y económico. Según datos aportados por WGSN (Worth Global Style Network), el 95% de los jóvenes está interesado en causas sociales, el 84% ha colaborado alguna vez con alguna y la tasa de voluntariado ha crecido un 20% en los últimos años. Temas como la conservación de los recursos naturales, la igualdad, la lucha contra la discriminación, la explotación infantil o sexual se encuentran entre sus principales preocupaciones.

“Desconfían de los adultos, pero, al mismo tiempo, buscan relaciones significativas con ellos. Esta generación, aún en plena pandemia, no es más que una digna heredera de sus predecesoras, que les han hecho extremadamente vulnerables, reflejo de ese generalizado malestar que legitimó el placer y la vida intrascendente y que vivió inmersa en los escenarios del consumo, la moda, el cuerpo y el dinero. Y es que los seres humanos, somos como un espejo, si nos ponen por delante amor, respeto, diálogo y esperanza, reflejaremos amor, respeto, diálogo y esperanza; si no, no tenemos nada que reflejar.

“Definitivamente, es vital conocerles, aproximarnos y, sobre todo, confiar en ellos. La confianza es vital, porque si nadie espera nada de uno/a, uno/a jamás se esforzará por corresponder a esa esperanza.”

Manuela Aguilera. Fragmento de su articulo La sociedad frente al espejo publicado por el Consejo de Cultura de la Institución Teresiana en el libro La sociedad fragilizada.