En la fiesta de Ntra. Sra. de Covadonga Maite Uribe y el Consejo de Sector envían su felicitación a los miembros de la Institución “que viven y realizan la misión en España, a familias, colaboradores y amigos; a todos los que se sienten inspirados y comprometidos en el carisma de la Institución Teresiana”.

Carta de la directora de la Institución Teresiana

Queridos:

En la fiesta de Nuestra Señora de Covadonga envío mi felicitación a los miembros AP y ACIT de la Institución que viven y realizan la misión en España, a las familias, colaboradores y amigos. A todos los que se sienten inspirados y comprometidos con el carisma de la Institución Teresiana.

Hemos sido invitados este año 2020, retomando la invitación de San Pedro Poveda, a ser “singulares en lo interior y comunes en lo exterior”. Esto nos ofrece la oportunidad de profundizar en ese espíritu que identifica a las personas llamadas a colaborar en la Obra teresiana.

Un primer rasgo de esta experiencia espiritual es la necesidad de arraigarnos en la propia tierra, bebiendo y nutriéndonos de lo más genuino de nuestra propia tradición cristiana. “Hasta que Cristo se forme en vosotras”.

Un segundo rasgo es la capacidad de acoger las aportaciones de los caminos diversos y muy frecuentados hoy por otras experiencias creyentes. Esto nos pide estar dispuestos a caminar con la gente para cambiar de punto de vista y entender la búsqueda de Absoluto en las otras experiencias creyentes.

Y, en fin, una disposición interior de apertura, de libertad interior para mantenernos abiertos hacia un horizonte más amplio, evitando seguridades que nos endurecen, porque excluyen y encierran. Vivir y acoger este proceso es una experiencia espiritual que pide atención, interioridad, conversión.

En estos momentos tan convulsos, ojalá podamos acoger al otro con su propia historia, sinuosa y compleja, en su singularidad y en su libertad, sobre todo a los más vulnerables, que esperan de nosotros gestos de acogida y de solidaridad.

Hoy, en el Día del Sector Covadonga, miramos a María, la primera discípula, la que escucha, acoge la palabra de Dios y actúa de acuerdo con ella, la que consiente a la acción del Espíritu y asume su parte en la obra de la salvación, porque hace posible la singularidad de la Encarnación, convencida de que para Dios nada es imposible.

Ojalá descubramos esa manera “inconfundible” de la que habla Pedro Poveda para aprender de María a encarnar la singularidad del espíritu de Cristo, con un estilo de ser y de actuar que dará fecundidad, firmeza, solidez, sabor y gusto de Dios a nuestro vivir cotidiano.

Deseo para todos vosotros que, como María, colaboremos con Dios para hacer nueva la realidad que vivimos, este mundo malherido que necesita y espera ser sanado y transformado.

Un abrazo fraterno,

Maite Uribe

Felicitación del Consejo de Sector 

¡Muchas Felicidades! En esta fiesta del sector nos invitamos a mirar a María como lo hizo Pedro Poveda, deseando que renazca en cada una de nosotras el carisma que compartimos.

“Y si con María y por María conseguís la posesión del divino Espíritu, la Obra será tan fecunda, tan firme, tan sólida, tan divina, como lo son todas las que informa y vivifica ese Espíritu.” (Pedro Poveda)

“Como a María, la primera discípula, danos un corazón que escucha y acoge para hacer lo que Él nos diga.”

Desde esa escucha y acogida, ¿a qué nos sentimos invitados hoy para hacer nueva la realidad que vivimos? (Puedes compartir en Escribir un comentario los ecos que dejan en el corazón esta pregunta.)”