Hemos preguntado a nuestras mayores de Santiago de Compostela qué les ha supuesto este tiempo de pandemia… y aquí está su respuesta: somos nudos de una red.

Desde Santiago nos llegan noticias del grupo de personas de la Asociación Primaria (AP) de la Institución Teresiana de esa hermosa y querida ciudad donde la Institución puso pie en el año 1929 . Antonia Vázquez, Consuelo Blanco (Chelo), Mercedes Rúa y Mª Teresa Val, cuatro de las nueve personas AP en esta ciudad, viven en la Sede de la IT y nos hacen llegar su reflexión sobre lo que ha supuesto para ellas la etapa de confinamiento de la que ya están saliendo con unas rodillas menos habituadas al movimiento.

Así nos lo relata María Teresa:

El día de la Jornada de las Comunicaciones Sociales me impresionó el título del mensaje del papa Francisco: Para que puedas contar y grabar en tu memoria (Ex 10,2). La vida se hace historia. El Papa nos invitaba a ofrecer una narración que contase que somos parte de un tejido vivo: “Sois carta de Cristo escrita por el Espíritu Santo”. Para nosotras fue una fuerte motivación para enviaros esta narración de lo vivido en la temporada del confinamiento, porque nos parece que anuda y fortalece el tejido de nuestras vidas como Institución.

Nuestra narración se apoya en un poema corto titulado La oración de la red. Sentimos que expresa lo vivido en esta temporada y que resumimos en algunas actitudes concretas:

Gratitud: Nos sentimos parte de la humanidad dolorida y sufriente. Creció, a la vez, nuestra pertenencia a la Iglesia y a la Institución; y deseábamos, desde nuestra pobreza, vivir desde el corazón esta experiencia de estar anudando un tejido común. Nuestra gratitud se veía expresada en esos primeros versos del poema: “En la barca de la Iglesia, Señor, me has hecho nudo en tu red. Gracias por este favor comunitario”.

Fidelidad: “Yo no quiero ser nudo solitario enrollado en sí mismo, en su cordel”. Crecieron nuestros deseos de ser para todas. Pedíamos al Señor que quitase de nuestros corazones el egoísmo de pensar en lo mío carente de compasión y de alegría y rompiese nuestro cordel de ser para mí.

Fraternidad: “¡Que bella posición de apostolado, sentirse por los otros reforzado y reforzar a la vez!” Deseábamos vivir un pugilato de hermandad sintiendo el apoyo de los otros; agradecer las aportaciones, los consuelos, las palabras de estímulo, los ejemplos que nos reforzaban; y a la vez, deseando reforzar a los demás.

Pobreza y valentía, constancia: “Saber que un pobre nudo nada puede, pero, si se acobarda y cede, toda la fuerza se podrá perder”. La oración de la red nos recordaba que “la oración es la única fuerza de que dispone la Obra Teresiana” (San Pedro Poveda).

Cabe la tumba del amigo del Señor, el apóstol Santiago, orábamos por toda la humanidad.

En la barca pesquera de tu Iglesia,
Señor, me has hecho nudo de tu red.
Gracias por este favor comunitario.
Yo no quiero ser nudo solitario
enrollado en sí mismo, en su cordel.
Qué bella posición de apostolado,
sentirse por los otros reforzado
y reforzar a la vez;
saber que un pobre nudo nada puede,
pero si se acobarda y cede,
toda la fuerza se podrá perder.