Mientras el mundo entero está tocado por la amenaza del coronavirus, ¿podemos celebrar el Día Internacional de la Felicidad? Sí, más que nunca lo necesitamos.

¿Conoces el origen de este día? Así se nos cuenta en la página oficial de las Naciones Unidas: “La resolución fue iniciada por Bután, un país que desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto”. Si pinchas en este enlace https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-internacional-felicidad, leerás esta hermosa historia. El rey de Bután, cuando solo tenía 16 años, “decidió que la filosofía de su gobierno se basara en la felicidad de sus súbditos. Y para ello inventó el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB)” y fue este “pequeño país del sur de Asia, en la cordillera del Himalaya, el que propuso este día a la ONU”.

Jesús de Nazaret sin duda vivió y transmitió la filosofía de la felicidad. En el monte proclama al pueblo que le escucha: Felices… “Felices los que lloran porque serán consolados”. El papa Francisco, en su Audiencia General del 12 de febrero de 2020, nos traduce desde el griego ‘los que lloran’ por los que ‘se afligen’ y aclara: “lloran, pero por dentro”. Sí, los que tienen un corazón que empatiza con el dolor del otro y están en contacto con el propio dolor de saber que, como Pablo, a veces no hacen el bien que quieren, incluso hacen el mal que no desean; sí, los que aman tanto al otro que se unen “a él o ella hasta compartir su dolor” sin permanecer distantes. Sí, estos son felices porque reciben el consuelo.

Ahora es tiempo de vivir desde dentro. Pedro Poveda decía que la verdadera alegría se encuentra dentro del corazón. Ahora es el papa Francisco quien nos asegura que este llanto no impide la verdadera alegría que surge de la esperanza de saber que el manantial interior sigue fluyendo y llenando de consuelo y nos invita a consolar amando “con la sonrisa, con la cercanía, con el servicio y también con el llanto”.

El Día Internacional de la Felicidad, vivido con este espíritu, el espíritu de Jesús, es una oportunidad maravillosa para amar y cuidar, agradecer, sonreír, soñar y creer que un mejor mañana es posible para todos.

¡Feliz día!