El Consejo de Sector se reunió en Madrid del 28 de febrero al 2 de marzo. Su agenda de trabajo incluía un encuentro con los ámbitos de Madrid-La Mancha y Madrid-Canarias, como ya se había hecho en Málaga y Barcelona. Seguirán convocando en la medida en que se reúnan en distintas ciudades.

Comenzó el encuentro con un breve espacio orante donde resonaba la canción: “Hay un largo camino hacia la libertad, pero vale la pena descubrir que se puede llegar. Hay un largo camino y es difícil de andar, pero siempre habrá alguien junto a ti, en el mismo lugar”.

A continuación, Camino dio la bienvenida a todas las presentes y compartió el contenido del encuentro que se desarrollo en dos momentos.

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En el primero, y después de la presentación de cada persona del Consejo, las vocales de las áreas correspondientes informaron sobre tres cuestiones: Unidad Asociativa (Proyecto Común de Misión), Viabilidad de Centros y Vocalía de mayores. Camino presentó el Proyecto Covadonga en sus dos líneas, la de espiritualidad y la educativa, con algunas acciones que ya están desarrollando los equipos responsables de cada una de ellas.

Después del descanso se abrió un espacio en el que se dialogó sobre algunas cuestiones y apreciaciones escritas por las participantes y otras expresadas en sala: proceso presente y futuro de las residencias de mayores, tareas del Secretariado de Centros, ecos de la carta del Consejo de gobierno sobre adecuación de sueldos, la IT ante la propuesta Revuelta de mujeres en la Iglesia… A todas ellas se ofrecieron respuestas desde el Consejo y se expresó la necesidad de seguir profundizando y dialogando para “hacer verdad” conjuntamente.

Durante el encuentro, en repetidos momentos, se escucharon palabras de reconocimiento y agradecimiento por el trabajo realizado por el Consejo, así como de valoración por la información recibida.

Terminó el encuentro con una petición de Camino: “Sed generosas para lo que lleguen a ser los Equipos de Familia”, “mirad a los jóvenes, las jóvenes; salid a su encuentro, a los pozos donde van”, “ved qué podéis aportar”, “ofreced lo mejor que somos y tenemos, el capital que la Institución Teresiana tiene y de lo que se nos pedirá cuenta si no lo entregamos”.

Con la mirada puesta en María, la compañera fiel de ese “largo camino” que “es difícil de andar” pero que “vale la pena descubrir que se puede llegar”, se entonó el Magníficat.