“Aquí me encuentro como en mi casa…”, “agradezco la formación recibida” fueron algunas de las palabras que se podían escuchar entre las antiguas alumnas del Colegio Santa Teresa de León que se reunían para celebrar los 100 años de la Asociación de Antiguas Alumnas de la Institución Teresiana.

Todos los antiguos alumnos, aquellos que vivieron y estudiaron intensamente y con pasión en este centro educativo y que hoy siguen recordando hechos, vivencias, anécdotas…, que han ido tejiendo su persona y configurando lo que ahora son, fueron convocados al encuentro que tuvo lugar el 7 de febrero. Un salón de actos repleto y un cuchicheo incesante desde el principio hacía prever una tarde feliz. Un encuentro en el que se evocó la historia, se celebró y agradeció la vida, reviviendo momentos, recordando personas…

La directora del Colegio, Merche Ávila, dio la bienvenida a todos los asistentes, agradeció su presencia y los animó a seguir acudiendo al centro. Les recordó que, allí donde están, se hace presente también la Institución con su presencia.

A continuación, se organizaron por grupos intergeneracionales y, a través de una dinámica de dados, contestaban a algunas cuestiones como: “Vengo al encuentro porque…”, “cuenta una experiencia del colegio…”, “qué me gustaría saber de la Institución hoy…” Estas fueron algunas de sus respuestas: “Al venir aquí me encuentro como en mi casa, mi familia, mis compañeros”, “porque suelo ser fiel a las convocatorias de antiguas alumnas”, “porque la Institución marca mucho”, “agradezco la formación recibida…”

Después, Sofía Santiago, en representación de la IT, a través de las palabras del Evangelio, que Pedro Poveda comenta y hace propias para la IT, “Vosotros sois la sal de la tierra”, animó a todos a ser sal que cura las heridas y da sabor en medio de este mundo dolorido y necesitado de gestos de esperanza.

La presidenta de la Asociación de Antiguas Alumnas de León, Isabel Paula López, recordó los fines de la Asociación y les invitó a asociarse y formar parte activa de la misma.

La celebración continuó en el comedor donde se disfrutó de un animado vino español, que favoreció el reconocer ese clima de familia tan peculiar de la identidad propia de la Institución, donde la alegría y la gratitud van de la mano.

Mercedes Ávila y Sofía Santiago