El sábado 27 de enero de 2018 ha tenido lugar en Madrid una reunión, convocada por el Equipo dinamizador del Área de Mayores del Sector Nuestra Señora de Covadonga, al que han asistido 59 personas de toda España. El tema único fue “Acompañamiento al final de la vida”.

Condujo el día entero Xabier Azkoitia Zabaleta, responsable del voluntariado del Centro Asistencial San Camilo y del Proyecto Soledad y Final de la vida de la Obra Social La Caixa.

El objetivo del encuentro era no tanto remover obstáculos cuanto caminar juntos y contribuir a que cada persona sea ella misma, se respete su dignidad y mantenga su integridad incluso en medio de las contrariedades. A esto tenemos que acompañar y acompañarnos.

Por la mañana Xabier insistió en la necesidad de construir un proyecto de vida a cualquier edad, y a quien primero hay que acompañar al final de la vida es a nosotros mismos. Todo ello desde la espiritualidad de la carencia y la dimensión de la necesidad.

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Envejecer es difícil

Envejecer es difícil, asaltan los miedos, se olvidan las cosas, se siente soledad, y el cansancio y la derrota son amargos. Más del 50 por ciento de las personas de 85 años tienen algún tipo de demencia.

Importa identificar nuestros miedos y compartirlos. ¿Cuándo voy a incorporar en mi vida “me voy a morir”? Envejecer para mí ¿es buena noticia?, ¿es pérdida?, ¿es crecimiento?

La vejez puede ser plenitud vital y hay que planificarla desde mucho antes; puede ser un tiempo de gozo, un tiempo valioso. En medio del envejecimiento hay valores de actitud o de soportación, con capacidad de sufrimiento y de sostener la vida. “Un hombre, por acabado que parezca, sigue siendo necesario mientras viva” dice Lao-Tse y la persona siempre es valiosa en sí misma, como hija amada de Dios, como Jesús cuando muere.

Crisis y oportunidades del envejecimiento

  • Crisis de autonomía (deterioro, aumento de dependencia, ceder a otros el control de la propia vida…).
  • Crisis de identidad (soledades crecientes, decadencia, buscar la identidad en el pasado, sufrimiento por no valer nada…).
  • Crisis de pertenencia (“muerte social”, sentimientos de inutilidad, dejar de pertenecer, retirada de la participación…).

También el envejecer se puede vivir como oportunidad: integración de la propia vida, reafirmación de valores, apropiación de uno mismo, comunicación con Dios y con los otros, desde el “kairos” contribuyendo a la sociedad/comunidad.

Preparando la vejez

La tarde del sábado fue para dialogar sobre cómo podemos elegir nuestro envejecer sin renunciar a nuestras capacidades y cómo el envejecer es lo mejor que nos puede suceder.

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Consideraciones de esta etapa: La vejez es tiempo de contemplación y de encanto; es tiempo de silencio; es tiempo de despojo y de desprendimiento; es tiempo de oración; es tiempo de dominio de nosotros mismos; es tiempo de testimoniar y cultivar la gratuidad…

Nos propuso un “decálogo” para acompañar y aprender en la tarea de envejecer:

  1. Aprender a acogerse a sí mismo.
  2. Aprender a desprogramarse.
  3. Aprender a mirar.
  4. Aprender a sufrir (y fracasar).
  5. Aprender a contemplar y escuchar.
  6. Aprender a decir “adiós” y “hasta luego”.
  7. Aprender a estar bien con Dios.
  8. Aprender a recordar los lugares gozosos de nuestra vida.
  9. Aprender a perdonarse a uno mismo.
  10. Aprender a ser agradecidos (más que el lamento, cultivar la gratitud).

Soledad madura

Terminamos el encuentro hablando sobre la soledad. Saber que hay distintos tipos de soledades (existencial, social, mecanismo de defensa, fecunda…). Buscar y entrenarse en la soledad fecunda, con conciencia de singularidad, con comunicación con los demás, con capacidad para hacer cosas. En definitiva, considerar que puedes aportar abriéndote a los otros, porque los otros nos salvan la vida. La soledad madura es ocasión de identidad, de auto-realización, de autenticidad emocional y de humanización.

La soledad también evita patrones infantiles de conducta. Las relaciones y la soledad no son incompatibles: saber estar solo y saber estar acompañado, evitando las relaciones de dependencia.

Durante todo el día hubo animado coloquio y múltiples preguntas al conferenciante, que siempre hizo propuestas positivas y nos animó a acompañar a otras personas desde estas perspectivas.

Teresa Gª Muñoz.
Oviedo, 12 de febrero 2018.