Unas 35 personas de la AP procedentes de San Sebastián, Bilbao y Santander nos reunimos el sábado 29 de abril y el domingo 30 en el encuentro anual del Ámbito 2, celebrado en Pedreña. Fue un tiempo de diálogo, por los temas que tratamos, por los momentos de oración y la Eucaristía con el texto del evangelio de Emaús, y por la presencia de Pedro Poveda.

Estábamos citadas para la comida a las 14 horas del sábado en la Casa de Ejercicios “San Ignacio”, que los jesuitas tienen en funcionamiento en una amplia finca de la localidad de Pedreña, distante de Santander unos 23 kilómetros.

Paseo previo por los alrededores

Las personas de la agrupación que teníamos el encargo de organizar el encuentro nos habíamos puesto en contacto con Marisa Rodríguez Abancens y le pedimos que desarrollara con nosotras un tema de actualidad con proyección de futuro que suscitara cambio de impresiones y debate abierto. Ella nos dio como título: “Con la cabeza y el corazón en el momento presente”, porque ya nos había adelantado que “iba a decir que sí”.

Este pequeño grupo, antes de desplazarnos en coche a Pedreña, recogimos a Marisa en la estación de renfe y, como el tiempo atmosférico, que fue magnífico, y también el cronológico nos lo permitía, paseamos a Marisa por las bellezas arquitectónicas y naturales con que cuenta la ciudad: Banco de Santander, Centro Botín, Palacete del Embarcadero, Club Náutico, Dársena de Puerto Chico, Castelar, Palacio de Festivales y Paseo de Reina Victoria y península de La Magdalena hasta llegar al Sardinero. Allí fijamos nuestra atención en el Hotel del mismo nombre, el Casino y el Palacio museo de los hnos. Santos. Llegamos hasta el Faro de Cabo Mayor, donde Marisa nos confesó que durante un tiempo quería ser farera, por la soledad, el silencio, el deseo de escribir y porque está enamorada del mar.

De regreso, bajamos por la calle Tetuán, para ver el Centro educativo Castroverde y pasar junto a la Plaza de San Pedro Poveda, con su árbol blanco de bella silueta que encierra un sinfín de sugerencias que Marisa supo captar como nos demostró con posterioridad.

Invitación a saltar muros

La comida fraterna fue animada y llena de saludos y abrazos. Éramos 35 personas venidas de San Sebastián, Bilbao y Santander. No estaban todas las que hubieran deseado asistir, pues algunas no pudieron hacerlo por distintas causas: atención a mayores que no se desplazan, celebraciones familiares inaplazables e indisposiciones sobrevenidas que no permiten cumplir los planes previstos.

A las 4 de la tarde comenzamos con una oración preparada previamente que tuvo como clave la vivencia de la audacia, lema del año actual. Habíamos elegido un cuadro del sacerdote Sieger Köder sobre el salmo 18 (17) que habla de saltar muros y escalar murallas, audacia que se logra con la fuerza y la luz de Jesús. “Sé mi luz, enciende mi noche…” le rogamos repetidamente. Con la proyección del cuadro (en la foto) leímos un comentario a la imagen escrito por el jesuita Theo Schmidkonz. Cantamos repetidamente: “El Señor es mi luz y mi salvación”. Fue oración compartida en reflexiones, ruegos, deseos y acción de gracias.

Sociedad e información

La intervención de Marisa Rodríguez en nuestro encuentro tuvo dos partes: una primera que se realizó el sábado por la tarde y otra que tuvo lugar el domingo por la mañana. Antes de la exposición, se hizo una breve presentación de su trayectoria profesional, pues, aunque es persona suficientemente conocida en nuestros ambientes, hay en ella aspectos relevantes que no se conocían.

La primera parte trató sobre “Uso y abuso de la información en la sociedad actual” desarrollando varios temas como el derecho a la información y sus límites, el derecho al olvido, abusos de la libertad de expresión con ejemplos actuales. Se puso énfasis en un tema emergente: matar en nombre del Dios de la vida. Se dieron algunas salidas que no dejaban de tener un cierto carácter utópico. También se señaló la inestimable función social de la prensa.

Tras la exposición, tuvimos un animado debate coloquio sobre el derecho a la información como requisito necesario para la participación y como posibilidad de discrepancia. Tanto en el seno de la I.T. como fuera de ella. Se señaló la conveniencia de informar e informarse, de modo individual, sobre cualquier proceso en desarrollo y no solo sobre el tema económico. No tener miedo al pluralismo, es mejor hablar de todos los temas que guardar silencio, es bueno saber mutuamente las mismas cosas, crear una cultura de la comunicación y del diálogo, que debe ser no solo de ideas, sino que tiene que pasar por el corazón.

Al caer la tarde, celebramos la Eucaristía, presidida por Jesús Marco, S.J. que se encontraba en la casa acompañando a un grupo de muchachos. Fue una celebración muy preparada y muy participativa. El sacerdote nos recordó los cinco momentos que señala Henri Nouwen en el libro Con el corazón en ascuas. Meditación sobre la vida eucarística en que describe el camino de Emaús. Estos cinco momentos, en los cuales hicimos una pausa, son: 1. Lamentar la pérdida “Señor; ten piedad”. 2. Discernir la Presencia “¡Es Palabra de Dios!”. 3. Invitar al Desconocido “Yo creo”. 4. Entrar en comunión “Tomad y comed”. 5. Partir en misión “Id y predicad”. Resultó muy completo porque además leyó una poesía de acción de gracias en la que un peregrino requería a Jesús para que lo acompañara en el camino, aunque fuera como desconocido, y que llegara hasta partir el pan.

Poveda, al encuentro de la gente

El domingo comenzó con la segunda parte de la exposición de Marisa, dedicada a Pedro Poveda. Hizo una evocación de las plazas presentes en su vida, y le llamó “el hombre de las plazas”, a las que iba para encontrarse y entrar en diálogo con la gente. Recordó que había nacido en la Plaza del Bermejal de Linares, que subió a la explanada de la Ermita Nueva en Guadix, que frecuentó otra explanada ante la Colegiata de Covadonga, que vivió en la Plaza de Oriente en Madrid, y que luego en algunas tierras, incluidas las lejanas y las ciudades que visitó, le han dedicado plazas que llevan su nombre. Como Santander, que tiene una plaza con un árbol blanco que invita a hacer fecunda la vida entre la gente. En la plaza, en la calle, a la intemperie, Poveda.

Se proyectó también un power point que ilustraba el texto: “Vosotros sois la sal de la tierra”, con imágenes expresivas e impactantes. Al finalizar, se repartieron las copias de este texto y del titulado “Creer bien y enmudecer no es posible”, con la invitación de aplicarlos a la vida actual para hacer realidad el estar con la cabeza y el corazón en el momento presente. Responder a los retos que presentan la pobreza, el desarrollo sostenible, la globalización, el reto del otro, el desencuentro. Se estableció el diálogo, y se hicieron sugerencias.

Como final del encuentro, tuvo lugar una reunión presidida por la directora de ámbito, dedicada a pensar el proceso a seguir para poner en práctica las sugerencias y demandas que habían aflorado a lo largo de esta convivencia. Una comisión de voluntarias se ofreció a hacer la recopilación de las propuestas expresadas para hacerlas llegar a todos los miembros del ámbito.

Impulsadas por esta rica y satisfactoria experiencia, después de la comida compartida, después de hacernos algunas fotos y darnos muchos abrazos, como nos recomendó Marisa con palabras de Rosa Motero, nos pusimos “en salida”, con audacia y lucidez, hacia las ciudades en que transcurre nuestra vida.

Ana María Pacheco Martínez.
Santander, 3 de mayo de 2017.