Al inicio de año, la directora del ámbito 1, Mª Feli García Camino, convocaba a las personas del ámbito con edades entre 61 a 74 años el fin de semana 10-12 de marzo, en León. El origen del encuentro, nos decía en su carta, fueron los diálogos con las personas de estas edades que, de diversas formas, expresaban la necesidad de compartir y ayudarnos a dar respuesta a interrogantes y búsquedas para vivir con sentido y plenitud la misión y compromisos que conlleva nuestra vocación, como Asociación Primaria, en esta etapa de nuestra vida.

Participaron también algunas personas de los ámbitos 2 y 3, lo cual se ha valorado y agradecido. Finalmente, nos reunimos 22 personas de larga trayectoria en la Institución. La carta del Año, los encuentros de la AP con Maite y sus palabras al terminar la visita al sector, estaban como preparación y trasfondo del encuentro.

Lo que de verdad importa

Esta expresión podría ser una de las que sintetizaran la experiencia de estos días. Lo que de verdad importa es el ser, compartir desde dentro, ir al fondo de lo que es la vida de cada una, acogerla, iluminarla para “estar en salida” y vivir en salida, con la mirada puesta en la realidad del mundo en el que estamos y desde el centro más profundo.

Escuchar las expectativas que cada cual traía, diversas y abundantes, fue un primer ejercicio de acogida en la introducción al encuentro que concluyó con un espacio de interiorización y oración donde fuimos conscientes de con qué emociones, qué pensamientos y como estaba nuestro propio cuerpo al inicio del encuentro.

La dinámica en grupo pequeño y grande fue complementaria. En el pequeño el espacio para que cada persona pudiera compartir lo que vive, el qué y cómo de cada día, su hacer, sus motivaciones, esperanzas, búsquedas y convicciones, provocó una corriente de reconocimiento mutuo que de algún modo preparó la base para construir en el grupo grande.

Ya en el grupo grande intercambiamos sobre las estructuras, los modos de hacer estáticos y poco movibles que tenemos en muchas ocasiones en la agrupación, encuentros de ciudad, etc. Esto nos llevaba a constatar que nosotras mismas somos quienes repetimos esquemas que no nos convencen, y nos preguntamos ¿quién nos impide hacer las cosas de otro modo? Nadie. Es una llamada a la creatividad, a arriesgar… Si queremos generar vida tenemos que propiciarnos espacios y modos que nos generen vida, que nos impulsen a vivir con una mayor frescura el Evangelio y el carisma recibido y encarnado en cada una.

También nos preguntamos qué entendemos cuando hablamos de cambio de mentalidad. Cambiamos de mentalidad cuando las experiencias y acontecimientos vividos, nos “tocan la piel”, nos afectan, nos hacen cambiar de perspectiva. Captar lo nuevo que emerge, salir de nosotras mismas, mirar la realidad, lo que pasa a nuestro alrededor, a la gente. No tener miedo a hacer experiencias nuevas. Es preferible equivocarse haciendo que permanecer inmóviles.

El acompañamiento personal y comunitario, los compromisos y la interioridad, fueron aspectos que se retomaron en algún momento del encuentro. La necesidad de espacios de silencio, meditación y oración fueron una expresión unánime por parte de todas y algo fundamental para ser realmente evangelizadoras. Se necesitan testigos del evangelio más que predicadores. Hay búsquedas de muchas personas en línea de interioridad, espiritualidad, etc.

¡Qué bien se está aquí!

Fue una de las expresiones que dijimos, eco del evangelio del segundo domingo de cuaresma. Pero sobre todo era una resonancia de la experiencia gratificante vivida el día anterior, el ambiente de libertad creado, la experiencia de estar compartiendo la vida con personas de un largo recorrido institucional, unas vidas llenas de sentido, amasadas en el día a día con sus momentos de luz y de oscuridad, de paz y de conflicto, de vulnerabilidad y fortaleza, y de tantas otras cosas que, con la fuerza de la vocación y la presencia de Dios en cada historia personal y asociativa, han hecho posible que hoy sigamos en la IT.

Nuevo impulso

Puede ser el término adecuado para expresar cómo acabamos el encuentro. ¿Qué nos llevamos al terminar el fin de semana? Esperanza, alegría, buen ambiente, libertad para compartir, gratitud, posibilidad de diálogo, interpelación sin juicio, experiencia de madurez y vida seria del grupo, conocer un poco más a las personas desde dentro, más ilusión y apertura de horizonte. El ritmo sosegado y el clima creado nos han permitido llegar a lo que ahora compartimos. Y ante la buena experiencia nos hemos preguntado ¿Cómo generar este buen clima allí dónde estamos cada día? Seguramente que algo depende de cómo nos situamos cada una allí dónde estamos.

Nueva estación en el camino

Y como la experiencia ha valido la pena quedamos en seguir el camino. Se concretó la fecha de un nuevo encuentro en Asturias o León el 20-21 de mayo o el 17-18 de junio y el equipo encargado de prepararlo. La convocatoria es para las personas que estuvieron en este encuentro y se hará extensiva para aquellas que manifestaron que querían venir a esta convocatoria y no pudieron en este momento. En cualquier caso si alguien quiere participar que lo exprese porque siempre se pueden buscar formas de encuentro.

Texto y fotos: Equipo organizador del encuentro.
17 de marzo.