Las diversas y duras situaciones de dolor e injusticia que atraviesan la vida de nuestros pueblos, van minando día a día la confianza. El otro, el distinto, se convierte en una amenaza; muchas veces ya no sabemos a quién creer; no sabemos si habrá un mañana. Como creyentes, en este momento particularmente convulsionado de nuestra historia, hemos sido invitados a vivir “desde la confianza, la ternura y la misericordia.”

Hoy queremos volver los ojos a la experiencia de María, acogiendo la invitación a entrar en sintonía con la aventura espiritual que fue su vida. Mirar su experiencia nos lleva a adentrarnos en “la confianza como aventura espiritual”. Una aventura que nos hace ir más allá de nuestro propio límite, que convierte “nuestro futuro en un proyecto que moviliza nuestro presente”.

Cuando María escucha las palabras de Gabriel: “Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”, acoge el futuro, no le cierra las puertas, sólo hace una pregunta: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?” (Lc,1,32-34).

Tantas veces podemos hacernos preguntas semejantes: ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo puede una virgen dar a luz un niño? ¿Cómo puede una mujer de un insignificante lugar del Imperio Romano dar a luz al Salvador? ¿Cómo podría haber sospechado que la historia de ese pueblo contenía una semilla de tan gran futuro?

Como tantas veces, invocamos a María, “Fiadora, Virgen fiel, en los caminos que empiezan con temblor por su pobreza” y le pedimos “pon la lluvia de tu fe, el sol de tu fortaleza”.

Osemos dar pasos de acogida

La realidad de cada día, a veces, nos pide dar el primer paso para crear confianza entre personas, pueblos y culturas a través de signos de acogida recíproca. En esta época en la que tantas puertas se cierran y en la que múltiples iniciativas han fracasado, osemos dar pasos de acogida hacia aquellos que provienen de otros lugares, pertenecen a otros grupos, tienen otras convicciones, otra manera de pensar, de vivir, de creer, sencillamente otra manera de ser.

Nuestro mundo globalizado necesita testigos de una nueva comprensión de Dios, en donde las notas dominantes sean la ternura y la misericordia.

Consejo de Gobierno, 15 de agosto 2016