Encuentro de Maite Uribe con la AP en León

Tras la Eucaristía y encuentro con la UNidad Asociativa la tarde del sábado, en la mañana luminosa del domingo día 5, la sala de reuniones de la sede se vio más repleta por la afluencia de personas venidas de otros lugares para participar de este encuentro y diálogo centrado en cuestiones de fondo del Informe de las Reuniones Generales.

Algunas preguntas se repiten y permanecen: ¿Cómo ser hoy minoría profética? ¿Cómo vivir este momento como momento de gracia? También la búsqueda de una respuesta es permanente y el reto es llegar a descubrirla entre todos.

Necesidad de impulso, de fraternidad, de ser

Necesitamos poner el impulso en una Institución en salida, mirando a la realidad en que estamos; salida para el bien común, hacia los que tienen menos recursos. Todo esto nos descoloca y nos hace vivir en la ambigüedad, pero este es el ejercicio que se nos pide hoy.

Necesitamos recrear la fraternidad. Es realidad costosa y exige construcción permanente, pero es preciso hacernos bien unas a otras. ¿Cómo cualificamos la fraternidad? ¿Creamos relaciones abiertas, atentas a que nadie quede fuera? Necesitamos ser Núcleo I.T. con un espacio profundo de relación con Dios, sostenido con una vida espiritual intensa.

Necesidad de contraste y apoyo

Nos invita, recogiendo unas palabras de H. Nouwen, a pasar “del aislamiento a una soledad habitada, de la hostilidad a la hospitalidad, de la ilusión a la oración para encontrarnos con el Dios de la vida que nos hace hermanos”. Para todo ello necesitamos contraste y apoyo para vivir los compromisos mutuos adquiridos.

Durante la exposición de Maite se captaba la escucha profunda, el silencio que acoge y deja calar la palabra y la pregunta. Más tarde se abrió el diálogo comunitario para entrar en aspectos concretos y vitales de lo que allí se nos había ofrecido. El tiempo se hizo corto, la llamada profunda y el compromiso se irá haciendo vida en lo cotidiano de cada persona y cada grupo.

Anuncia de Vega.
León, 12 de junio.