Visita de Maite Uribe a Guadix

En el marco a la visita al Sector de España, Maite Uribe y Ana García Aguado se han acercado el fin de semana 13-15 de Mayo a Andalucía Oriental con tres escalas: Guadix, Málaga y Granada. La visita a Guadix fue corta, media jornada con noche incluida, pero intensa y sosegada.

El tiempo en Guadix parece que se para o se alarga y más ahora que los atardeceres se prolongan en luz y silencio. Sobre todo en el barrio de las Cuevas donde la vida va por dentro, en las entrañas de la tierra, a partir de que las actividades que la Institución promueve allí se terminan o que el trenecito que lleva a los turistas hasta allá hace su última rotación. Son atardeceres de tono juanramoniano, rosados y violáceos y con una luz sugerente para cualquier paleta de pintor. Sin embargo aquel día Maite y Ana no pudieron disfrutar de lo habitual en Guadix porque llovía copiosamente.

La primera visita fue al obispo. Don Ginés García Beltrán las esperaba a las cinco de la tarde. En Guadix las relaciones con la diócesis son muy estrechas y una visita de la directora general de la Institución no pasa inadvertida en los medios eclesiásticos. Maite nos trasladó la gratitud de don Ginés por la colaboración de la Institución con la sociedad y la Iglesia local.

Vocaciones y también perseverancia

A las siete de la tarde celebramos la Eucaristía en la Cueva de la Virgen de Gracia. Era la Eucaristía parroquial, esta vez con un marcado sentido comunitario. Maite nos animó a pedir no sólo vocaciones sino también perseverancia y esto lo recibimos con cierta novedad y subrayado. No caerá en saco roto. Es verdad que siempre pedimos vocaciones para la Institución, creo que menos la perseverancia que desde ahora irán de la mano.

El encuentro con las personas de Guadix, catorce, lo habíamos planteado como una ocasión de narrar de manera espontánea y sencilla, a Maite y a Ana, que venían por primera vez a la ciudad en tanto que directoras general y de sector de España, la manera como cada una vivíamos la misión. Ni qué decir tiene que nuestra directora de ámbito, María Medina estuvo presente facilitando el buen desarrollo de la visita.

Variedad de quehaceres desde la misión

La verdad es que escuchada en su conjunto es para dar gracias a Dios porque el carisma de Poveda está vivo en Guadix y sirve a las necesidades reales que la sociedad demanda:

Atención a niños de Guadix, con un enfoque socioeducativo de inclusión, del barrio de las Cuevas y de otros lugares de la ciudad que los demás Centros no ofrecen, a partir del Colegio Padre Poveda, de Infantil y Primaria, y de la Escuela de Educación Infantil de 0 a 3 años. Un colegio muy bien considerado por la Junta de Andalucía e incluido en el plan de calidad. Ofrece también comedor escolar.

Atención a uno de los colectivos más desprotegidos de Guadix: las mujeres, a través del Centro Sociocultural Pedro Poveda con programas formativos y con talleres. Ofrece un espacio propio a las mujeres para que se empoderen de su propio protagonismo social y sean ellas mismas en una sociedad muy machista desde el enfoque socioeducativo de la Institución Teresiana. También ofrece un programa de formación no formal, para la niñez.

La colaboración con la Iglesia local es variada y rica: Caritas diocesana; Manos Unidas; Delegación de Enseñanza y catequesis.

La atención a las familias de algunos miembros que en este momento lo requieren, también lo vivimos acogido por la agrupación y con sentido de misión.

Acogida y escucha en clima de libertad

Preguntando a algunas de las participantes sobre el encuentro, todas subrayamos la escucha profunda de Maite; el clima de libertad que se creó para poder expresar no sólo el hacer sino el cómo hacer; las dificultades y preguntas, los sentimientos ante lo que vivíamos. Nos sentimos escuchadas y acogidas en nuestra realidad concreta tanto por Maite como por Ana y esto es muy importante. Incluso se anunció alguna petición de “salida” que se había hecho a una persona del grupo y con libertad la interesada expresó su momento y necesidad de oración y discernimiento. Maite agradeció su disponibilidad. Sí, fue un rato fraterno y estimulante. Maite nos dejó abierta una vía de crecimiento: el aprendizaje de los procesos relacionales y la importancia del propio conocimiento para la buena resolución de los conflictos.

Terminamos con una cena que la sede había preparado con toda generosidad y cariño. Agradecemos a Maite y a Ana esta cercanía a nuestra realidad y este compartir fraterno y sencillo.

Maribel Sancho.
Guadix, 16 de mayo