ACIT Madrid-La Mancha-Canarias hemos celebrado a finales de enero en Los Negrales nuestro encuentro asociativo bajo el lema Mirar nuestra realidad asociativa como un nuevo Pentecostés, con el deseo de querer descubrir qué nos dice hoy la idea de la complejidad que buscaba y proponía Pedro Poveda, qué nos dicen aquellos primeros “ACIT” que actuaron como constructores de la Obra.

Tras unas breves palabras de bienvenida del presidente, Rufino Gregorio, tuvimos un momento de oración. Al coincidir en el tiempo con las fechas en que se celebraba la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, oramos con la esperanza de llegar a la plena unidad querida por Cristo y recurriendo al Génesis nos dejamos interpelar por el momento en que José comparte con sus hermanos lo que ha soñado.

Necesidad de una vocación investigadora ACIT

Consuelo Flecha, directora de la Cátedra de Historia de la Institución Teresiana, compartió con nosotros el momento formativo, con una conferencia que tituló “Elegidos por Dios para su Obra: una mirada a nuestros orígenes”. Acercarnos a nuestra historia –dijo– afecta a nuestra identidad y contribuye a ese modo de estar en el mundo. Nos situó en la realidad en la que estaban aquellas primeras cooperadoras, y desde ahí en la “acción colectiva, ordenada y sujeta a un plan bien meditado”. Sabemos de la buenísima formación de estas mujeres, de su identidad creyente, su labor comprometida, pero ¿qué valor añadido tenían? ¿Cómo miraban y actuaban en la realidad en la que estaban? ¿Dónde cobraba fuerza su acción colectiva? Consuelo, nos acercó a su Reglamento, a su carta de invitación a otras (1920), a las publicaciones, a las circulares, a los rostros fotografiados, a las asambleas, a las cartas, a las crónicas, y al lado más humano de la historia, las vidas.

Muchos escuchamos por primera vez el nombre y gestas de Antonieta Freixa Torroja, directora de Escuela Normal, de Josefina Álvarez Díaz, Inspectora y escritora, de Amantina Cobos Losúa, maestra, poeta, hija adoptiva de Sevilla… Para Consuelo Flecha ha sido una ocasión de agradecimiento, de aliento y de contraste y manifestó en más de una ocasión la necesidad y petición de una vocación investigadora ACIT.

Buscando impulso y renovación

Pero, por muy atractiva que nos resulte la Historia, no pretendíamos en este encuentro quedarnos ahí. Sino descubrir qué nos dice hoy la idea de complejidad que buscaba y proponía Pedro Poveda, qué nos dicen aquellos primeros ACIT que actuaron como constructores de la Obra, cómo retomar la finalidad de la Institución en este momento, y qué nos ayuda al impulso y a la renovación que buscamos para responder a las necesidades de nuestro mundo (Asamblea Plenaria 2011).

Sabiendo que el Espíritu es el que actúa, como paso siguiente nos dimos un tiempo de reflexión y discernimiento, de estudio y contraste, personal y grupal, con el texto de Pedro Poveda “Vosotros sois linaje escogido” y dos preguntas sobre las que Maite Uribe nos pide meditar en la Carta del Año 2016: ¿Qué nuevas expresiones del carisma vemos hoy necesarias? ¿Qué relecturas debemos hacer en los distintos contextos sobre el carisma, sobre la tradición espiritual de Pedro Poveda, sobre la pertenencia y los compromisos?

Por la tarde visitamos el Espacio Alameda, centrándonos en el panel de los 100 años. Tuvimos la suerte de que Loren Lozano nos lo presentase desde las claves a las que Consuelo nos había acercado. Fue llamativo el momento en que junto a Loren todos pudimos releer parte de la Carta de presentación de la IT ante la Santa Sede de octubre de 1923: “Y ahora que la Institución cuenta con 12 Casas, con 146 Teresianas, 150 Cooperadoras Técnicas, 462 Antiguas Alumnas, 703 Jóvenes Estudiantes, futuras maestras…”.

En primera persona

Después tuvimos una mesa redonda con testimonios vivos de nuestra historia, experiencias en primera persona, referidas a ese camino que nos han llevado hasta hoy.

Marcos García, el nieto de Doña Eulalia e hijo de Marquitos, compartió el tesoro de los ecos de esos años en él y en su familia. Mª Ángeles Andérica, desde sus años de servicio en juntas, nos relató cómo se fue configurando la Asociación de Profesionales ACIT. Rosalía Giménez, como vicedirectora que fue y como una de las personas a las que se encomendó el Departamento ACIT hasta su conclusión, nos habló de la gran riqueza y la gran responsabilidad para con la Obra que tenemos los ACIT. Leopoldo Caravantes, nos contó anécdotas desde su implicación en asociaciones de padres de colegios de la IT y desde su activa participación en la Asociación Cultural Alameda. Finalmente, Pilar Molina nos explicó su participación como miembro ACIT en la Asamblea de 1994, la primera después de la aprobación de los Estatutos de 1990, en la que se trató, entre otras cuestiones, cómo abordar el tema de la familia.

En definitiva, en la paz y en la tranquilidad que nace de confiar en que es Dios quien nos llama, oramos, hicimos memoria, dialogamos y dejamos atravesar nuestra fragilidad en la coyuntura actual. Resumiendo este día en algunos mensajes: necesidad de una vocación investigadora ACIT; reconocer en la historia nuestra identidad; vivir nuestra realidad como una nueva oportunidad, como un nuevo Pentecostés.

Que la publicación de esta pequeña reseña sirva, como se dice en alguna crónica de las primeras cooperadoras, de estímulo a todos.

Elena Crespo.
ACIT Madrid, 22 de febrero.